Notas
(1) En "Vida Nueva" 1497(1985), 24.
(2) RICCI, T., Aquel verano en compañía de tres Papas, en "30 días" 8(1988), 14.
(3) Ibidem.
(4) CORNWELL, J., A thief in the night. The death of Pope John Paul I, Viking, London, 1989, XV.
(5) CORNWELL, 3.
(6) Ib., 13.
(7) YALLOP, D., En nombre de Dios, Ed. Planeta, Barcelona, 1984, 223 y 323. La investigación de Yallop tuvo su origen en los pocos que conocían la verdad sobre el hallazgo del cadáver. Determinados miembros de este grupo facilitaron detalles a la agencia ANSA y conectaron con Yallop (p. 249). Ver la reacción de Nicolini al libro de Yallop (Apéndice, doc. 1).
(8) KUMMER,R., Albino Luciani, Papa Giovanni Paolo I. Una vita per la Chiesa, Ed. Messaggero, Padova, 1988, 578-580 y 9.
(9) CORNWELL, 265.
(10) Ver "Ya", 28-9-1988.
(11) Ver "Ya" y "El País", 4-10-1978; también YALLOP, 244-245.
(12) Ver "Corriere della Sera", 24-6-1984; ver también Apéndice, doc. 1. Un artículo del P. Gino Concetti  en L'Osservatore Romano" salió al paso de las peticiones de autopsia del cadáver del Papa, diciendo que "el cristiano sabe que la muerte llega como un ladrón, de noche, y hay que estar continuamente preparados para recibirla". Ver THIERRY, J.J., La vraie mort de Jean-Paul Ier, Ed. Jean-Cyrille Godefroy, Paris, 93-94; PENA, J.R.-ZOTTOLA,M., Han asesinado al Papa! "Operación Paloma", Ed. Angel Herrero Fernández, Madrid, 1978, 20. Ver final del Epílogo y las notas 95 y 242.
(13) KUMMER, 223.
(14) Jn 8, 32.
(15) Ver "Ya", 8-10-1987.
(16) Ver Jn 2, 16-17; Mt 21, 13; Mc 11, 17 y Lc 19, 45-46.
(17) Ver Ga 2, 1-14.
(18) Ver "Ya", 10-3-1989.
(19) Carta con fecha 2-11-1985.
(20) Lc 11, 51.
(21) SENIGAGLIA, M., Le radici della spiritualità di Giovanni Paolo I, en "Dolomiti" 1-2(1989), 51. Ver KUMMER, 39.
(22) JUAN PABLO I, Los textos de su pontificado, Eunsa, Pamplona, 1979, 192. Ver KUMMER, 43.
(23) SENIGAGLIA, 52-53.
(24) Ver "Humilitas" 1 (1984), 10. "Papa Luciani-Humilitas" - así es su nombre completo - es la revista de la Asociación Papa Luciani. La Asociación está constituida por personas que en todo el mundo aman la figura de Juan Pablo I.
(25) SENIGAGLIA, 52.
(26) Ibidem.
(27) Ib., 51.
(28) Ver KUMMER, 440-449.
(29) INFIESTA,J., Pablo I. Alegría de los pobres, Ed. Paulinas, Madrid, 1978, 145-146.
(30) GANTIN, B., Il Concilio Vaticano II nelle scelte pastorali di Albino Luciani, en "Dolomiti" 1-2 (1989), 26.
(31) JUAN PABLO I, o.c., 153-188.
(32) GANTIN, 25.
(33) En "Vida Nueva" 1497(1985), 23.
(34) Ib., 1503(1985), 42.
(35) En "Vida Nueva" 1502(1985), 3. Ver "El País", 4-12-1987.
(36) Se alegó un "cambio de orientación". Al propio tiempo, el Presidente de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis, me pidió una memoria "para que se reconociera mi trabajo en la Comisión" (en total, trece años), cosa que hice con prontitud. Poco después, un experto canonista me dijo confidencialmente: "Con este asunto de Juan Pablo I has comprometido tu trabajo en catequesis de adultos y el bien que desde ahí podías hacer". Le respondí: "Para mí lo de Juan Pablo I no es ajeno a la catequesis de adultos". En 1987 la Asociación "Comunidad de Ayala" fue reconocida como Asociación Pública de Fieles. A pesar de vientos y borrascas, la casa - cimentada sobre roca- aguantó (Mt 7, 25).
(37) 2 Co 4, 2.
(38) Ver "Ya", 8-8-1978.
(39) Ver "L'Osservatore Romano", 29-9-l978; también "Ya", 28-9-1988. Luciani siempre madrugó. Siendo vicerrector del seminario de Belluno, según el horario en uso, la hora de levantarse eran las 5'40 (hora de acostarse: las 21'15). Además, Don Albino tocaba la campana: "Quizá  quería ahorrar al clérigo campanero la molestia de levantarse un poco antes" (ver "Humilitas" 3 (1986), 3). Según Lorenzi, "el Papa se levantaba a veces a las 4'30; a las 7 concelebraba; a las 7'30 desayunaba y leía 7 u 8 periódicos; a las 9 bajaba para las audiencias; a las 12'30, comida; un poco de reposo y después cartas, cartas, cartas...esto es, problemas, molestias...; a las 20, cena; a las 20'45, se retira a su habitación".
(40) RICCI, 14.
(41) Ib., 15.
(42) YALLOP, 235.
(43) Ver "Ya" y "El País", 4-10-1978; también YALLOP, 244-245.
(44) Ver "El País", 10-10-1978.
(45) Ver "Ya", 10-10-1978.
(46) Ver "Corriere della Sera", 24-6-1984.
(47) CORNWELL, 169.
(48) Ib., 187.
(49) Ib., 170.
(50) Ib., 79-80.
(51) YALLOP, 226-228; ver p. 259. J.ARIAS dió en su día el relato de sor Vincenza, que fue desmentido por la sala de prensa del Vaticano ("El País", 8-10-1978). Informó también de la "prohibición absoluta de hacer declaraciones" impuesta a las monjas (el 6-10-1978). El dramaturgo mejicano LUIS G. BASURTO, autor de la obra El candidato de Dios, habla de "juramento impuesto". Se lo dijo el cardenal Miranda, mejicano, ya fallecido. Según Yallop, a las 6'45 de la mañana, el sargento Roggan se encontró en el Vaticano con Marcinkus, que aparentó no saber nada de lo ocurrido (p.229).
(52) Relato comunicado personalmente al autor. Según Nicolini, se ha levantado un revuelo sin necesidad: el Vaticano no mintió y todo fue normal (ver Apéndice, doc. 1).
(53) CORNWELL, 72.
(54) Ver "Ya" y "El País", 6-10-1978.
(55) CORNWELL, 76.
(56) Ib., 74 y 80. Luciani vivió y murió austeramente; fue amortajado con una camisa del secretario, pues "no se encontró una camisa adecuada". Ver "Humilitas" 4 (1985), 13.
(57) RICCI, 14-15. Según otro relato, cuyas fuentes son Civiltà… Cristiana y un miembro de la Curia, los policías de la plaza de San Pedro dicen que la luz ha estado encendida toda la noche (ver YALLOP,227). Antes de las cuatro y media, sor Vincenza deja la bandeja del café en una mesa situada al lado de la puerta. A las cinco menos un par de minutos vuelve a recogerla. está intacta. Llama con insistencia, sin obtener respuesta. Se decide a abrir la puerta: "Juan Pablo está sentado en la cama y parece mirarla de un modo extraño. Ella observa que ha estado leyendo y que las gafas le han resbalado sobre la nariz. Tiene las rodillas dobladas y una carpeta en la mano. Vincenza va a cerrar la puerta. Allí hay algo raro. La mano derecha del Papa cuelga de un modo forzado, con los dedos agarrotados. La carpeta que sostiene está vacía y los papeles, esparcidos sobre la sábana y el suelo. Pero es la expresión de su cara lo que más la asusta. Tiene los labios abiertos en una mueca horrible que deja las encías al descubierto, los ojos se le salen de las órbitas y las venas del cuello están hinchadas". Por su parte, el doctor Buzzonetti "no advirtió pigmentación facial ni congestión que denotara una embolia. La tez, por el contrario, estaba blanca como el yeso" (ver G. THOMAS y M. MORGAN-WITTS, Pontífice, Ed. Plaza & Jan‚s, Esplugues de Llobregat, 1983, 244-247).
Sin embargo, dice Thierry que, según un empleado vaticano, Juan Pablo I "tenía el rostro todo negro, digamos azulado". Sobre este "azulamiento anormal" Lorenzi alertó al Dr. Da Ros (La vrai mort, 146). Thierry supone que Lorenzi descubrió el cadáver. Por medio de un personaje ficticio (cardenal Wolkonski) dice que la alarma encendida en el exterior atestiguaba que el Papa, sintiéndose mal, había pedido ayuda, sin recibir respuesta (íb., 96; ver p. 95). Sin embargo, por medio de otro personaje ficticio (cardenal Senepa) afirma lo contrario: "El Papa murió solo, fulminado, sin tener tiempo de pulsar el timbre en demanda de auxilio" (Lettres de Rome sur le singulier trépas de Jean-Paul I, Ed. Belfond, Paris, 1981, 97; ver p. 93). Según Yallop, sor Vincenza pulsó el timbre para llamar a los secretarios (p.227).
(58) CORNWELL, 170-173.
(59) Ib., 240-241.
(60) Ib., 37.
(61) Ib., 148.
(62) Ib., 187.
(63) Ib., 159 y 157.
(64) ZIZOLA, G., Il Papa che non volle farsi re, en "Epoca" 1892 (1988), 171. Ver "Ya", 3-10-1978; YALLOP, 243 y GENNARI, G. Rivelato il problema che angosció Luciani poco prima della morte, en "Il Giornale Nuovo", 18-10-1981. Ver Apéndice, doc. 1.
(65) Ver "El País", 30-9-1978.
(66) Ib., 1-10-1978.
(67) YALLOP, 232; ver p.237. Felici dirigía en Padua unos ejercicios para sacerdotes, en lugar de Luciani.
(68) THIERRY, Lettres de Rome, 104; pp., 103 y 97; notas 181-183.
(69) THIERRY, La vraie mort, THIERRY, Lettres de Rome,
(71) YALLOP, 228.
(72) CORNWELL, 222; YALLOP, 236.
(73) CORNWELL, 140; YALLOP, 259-260.
(74) CORNWELL, 216-217, 220 y 223. Recientemente, ha dicho Lorenzi que los Signoracci "no entraron en escena hasta la noche" (p. 80).
(75) Ver "El País", 1-10-1978; sobre el chequeo del cadáver, ver YALLOP, 246-248.
(76) En "Il Celentone", septiembre - octubre 1978, 20.
(77) Ver "El País", 31-7-1989; ver "Ya", 8-10-1987 y YALLOP, 242-248; ver también el poema que Lorenzi que se encontró en la plaza de San Pedro después del funeral (Apéndice, doc. 4).
(78) INFIESTA, 262. Ver "Humilitas" 1 (1986), 1-2.
(79) THIERRY, Lettres de Rome, 116.
(80) Ver "Ya", 30-9-1978; YALLOP, 252-253; KUMMER, 42 y THIERRY, Lettres de Rome, 110.
(81) CORNWELL, 76.
(82) YALLOP, 254-255; ver "Corriere della Sera", 20-9-1980 y MUCCIN, G., Testimonianze e riflessioni su Albino Luciani, en "Dolomiti" 1-2 (1989), 34.
(83) YALLOP, 255.
(84) Ver "Gente", 21-6-1978.
(85) THIERRY, Lettres de Rome, 111 y La vraie mort, 122.
(86) Ver "Gente", 21-6-1985.
(87) Ver "Humilitas" 1(1984),3.
(88) Ver FARRERAS-ROZMAN, Medicina interna I, Ed. Marín, Madrid, 1975, 446.
(89) "Humilitas", 3(1985),11; ver también la posición de Nicolini (Apéndice, doc. 1).
(90) Ver HARRISON, Principios de medicina interna, Ema, Madrid, 1987, 2856 y 2859; FARRERAS-ROZMAN, Medicina interna II, Ed. Marín, Madrid, 1975, 199-200.
(91) En "Ya", 30-9-1978; ver "El País", 1-10-1978.
(92) En "Ya", 30-9-1978.
(93) CORNWELL, 189-190. El médico le había aconsejado pasear al menos una hora al día; ver "Humilitas" 2 (1985), 15.
(94) Ver "Ya", 30-9-1978; ver INFIESTA, 202-203 y YALLOP, 222.
(95) Ver Mt 25,1 y notas 12 y 242. Ver CORNWELL, 190-191; también RICCI, 14; sobre amenazas de muerte, ver THOMAS y MORGAN-WITTS, 206.
(96) YALLOP, 222. La actividad continuaba en los despachos de Marcinkus y de Villot. En la zona de los aposentos pontificios no había guardia de seguridad (íb., 18 y 264; ver Lorenzi, cap. 11).
(97) CORNWELL, 203; ver YALLOP, 264 y 223. Juan Pablo I pensaba dirigir el día 30 un mensaje a los jesuitas. Ver G.NICOLINI, Trentatré giorni: un pontificato, Ed. Velar, Roma, 1984, 122-124.
(98) El relato procede del propio Lorenzi. La mayoría de los espectadores presentes en el estudio de televisión se manifestaron favorables a la tesis de que el Papa Luciani fue asesinado.
(99) Ver "El País", 25-10-1987 y "Ya", 8-10-1987; ver también D'ORAZI,L., In nome di Dio o del diavolo?, Ed. Logos, Roma, 1988, 89-95.
(100) Ver Jan KOCH-WESER, Intoxicaciones químicas. Consideraciones generales y principios del tratamiento, en HARRISON, Medicina Interna, Ed. La Prensa Médica Mexicana, México, 1973, 715-721. Ver el caso Sindona (nota 164).
(101) CORNWELL, 198.
(102) Ib., 188. Según Benny Lai, Guido Gusso ya fue camarero de Juan XXIII (ver LAI,B., I segreti del Vaticano da Pio XII a papa Wojtyla, Ed. Laterza, Roma-Bari, 1984, 70).
(103) CORNWELL, 198-199.
(104) Ib., 199-200.
(105) Ver "El País", 25-10-1987. Existe una corriente de opinión, según la cual se hizo la autopsia, pero en secreto (ver DE ANDREIS,S.-LEONE,M., Juan Pablo Wojtyla. Crónica insólita de un , Ed. Laia/Paperback, 1980, 160). Según ello, al Vaticano le interesaba saber de qué murió Juan Pablo I, pero no el decirlo.
(106) YALLOP, 233.
(107) Ib., 260.
(108) CORNWELL, 249.
(109) Ib., 265; ver pp. 264 y 242.
(110) Ib., 115 y 190.
(111) Ver "Humilitas" 2 (1987), 3.
(112) Ver "Humilitas" 2 (1986), 3; KUMMER, 258, 494 y 438.
(113) Ver notas 177 y 178.
(114) CORNWELL, 126.
(115) LUCIANI, A., Opera omnia (II), Ed. Messaggero, Padova, 1988, 465-466. Ver KUMMER, 273-283 y ZIZOLA, Il Papa che non volle farsi re, 162. Luciani tenía muy cerca el testimonio de Bernardino de Feltre, fraile franciscano del siglo XV, que combatió la usura de su tiempo (del 30-40%), denunciándola y fundando montes de piedad. Los usureros intentaron matarle.
(116) YALLOP, 260.
(117) Ib., 51.
(118) Ib., 52.
(119) Comunicado por Mario Senigaglia al autor. El "caso Marcinkus" ya se planteaba entonces, lo que Nicolini parece ignorar (ver Apéndice, doc. 1).
(120) Ver DOMENECH,R., Marcinkus. Las claves secretas de las finanzas del Vaticano, Ed. B, Barcelona, 1987, 74-75. En su forma moderna, las finanzas vaticanas nacen en 1929, con los pactos de Letrán. Por ellos, Italia reconoce el Estado de la Ciudad del Vaticano. Se constituye así la base de la economía actual de la Santa Sede. Su expansión se realiza de diversas formas a través de estos organismos: Administración especial de la Santa Sede, para el nuevo patrimonio donado por el Estado italiano; Administración general de los bienes de la Santa Sede, para el patrimonio acumulado desde la pérdida de los Estados Pontificios (1870); Administración de las Obras de Religión (llamado así en 1941), para el patrimonio procedente de fundaciones pías; de este organismo nacer  en 1942 el actual Instituto para las Obras de Religión (ver DOMENECH, 32-33).
(121) Ver YALLOP, 134; SISTI,L.-MODOLO,G., El banco paga, Ed. Plaza & Jan‚s, Esplugues de Llobregat, 1983, 66-67; DOMENECH, 102.
(122) DOMENECH, 188. Es probable que, en los últimos meses de su vida, Pablo VI supiera que el Banco de Italia realizaba una investigación sobre las actividades del Ambrosiano.
(123) THIERRY, Lettres de Rome, 87; ver INFIESTA, 146.
(124) YALLOP, 99; ver "Ecclesia" 1900(1978), 16
(125) YALLOP, 97-98.
(126) THOMAS y MORGAN-WITTS, 225; ver pp. 222-226.
(127) Ib., 226-227. Ver YALLOP, 234.
(128) CORNWELL, 52.
(129) Ib., 109 y 110. Ver "El País", 21-5-1989.
(130) CORNWELL, 161 y 57.
(131) Is 22, 19.
(132) Ver YALLOP, 185; DOMENECH, 173; "El País", 1-10-1978; ZIZOLA, Il Papa che non volle farsi re, 165-17l. La opinión de Biamonte sobre la relación Benelli - Marcinkus, en CORNWELL, 141. A pesar de lo que dice Nicolini, la confirmación inicial de los cargos vaticanos no excluye las oportunas excepciones (ver Apéndice, doc. 1).
(133) CORNWELL, 115. Dice Nicolini que la elección de Luciani como Papa "fue acogida en el Vaticano con mucha simpatía" (Apéndice, doc. 1). Sin embargo, afirma Lorenzi: "en cierto sentido yo era el único amigo que el Papa tenía" en el Vaticano (CORNWELL, 77). Ver lo que se dice anteriormente sobre el "mes de infierno" que Luciani pasó en Roma o lo que dice Farussi sobre la reacción de Marcinkus ante la elección de Luciani como Papa (cap. 7). Ver también, más adelante, la distorsión de la figura de Juan Pablo I (cap. 12).
(134) YALLOP, 221; ver DOMENECH, 173.
(135) YALLOP, 20. Un periodista suizo Víctor J. WILLI publicó en 1987 un libro titulado ¿En nombre del demonio? Willi concluye que  Luciani murió de forma natural: "no tenía ninguna ambición" y "pocos días después de ser elegido papa, lamentaba haber aceptado" ("Ya", 8-10-1987).De hecho, Luciani aceptó el cargo y no pensaba renunciar. Al contrario, a pesar de la oposición encontrada, estaba dispuesto a imponer su autoridad, como dijo el 23 de septiembre en San Juan de Letrán. Llegada la ocasión, sabía ser fuerte y decidido (ver nota 220). Ciertamente, no tenía ambición. Pero, al parecer, la tenían otros. Además, era recto y firme en cuestiones de dinero.
(136) THIERRY, La vraie mort, 112; "El País", 5-10-1978; ver YALLOP, 312. No es de extrañar que en 1978 Calvi anduviera preocupado: primero, la investigación del Banco de Italia; después, la del Papa Luciani. Sin embargo, Gelli le aseguraba que "el problema podía y debía resolverse" (p. 187). Tanto Cornwell (p. 13) como Nicolini (Apéndice, doc. 1) prestan especial interés en descartar que el Papa Luciani fuera asesinado desde dentro del Vaticano, cuando lo más probable es que se hiciera desde fuera, por la mano larga de la P-2, organización capaz de penetrar cárceles de máxima seguridad.
(137) CORNWELL, 101.
(138) Ib., 100.
(139) Ver "El País", 6-3-1985; también "Ya", 2-3-1985 y 10-3-1985. El 27 de diciembre de 1982 se comunica oficialmente la firma de un acuerdo para crear una Comisión Mixta italo-vaticana (tres miembros por cada parte) que estudiara la cuestión IOR- Ambrosiano. El texto íntegro del informe de esta comisión puede verse en "Il Tetto" 130-131 (Nápoles, 1985),404-450. La comisión trabajó durante nueve meses escasos y llegó a conclusiones limitadas. El resultado fue una transacción. El acuerdo se firmó en Ginebra el 25 de mayo de 1984, en los locales de la Asociación Europea de Libre Intercambio. Había sesenta funcionarios en representación de 109 bancos acreedores. La ceremonia no tenía precedentes. El IOR tenía que pagar 250 millones de dólares, en tres plazos. Por pronto pago obtendría un descuento. El IOR pagó exactamente 240.822.222 de dólares con 23 centavos (ver DOMENECH, 216-219; YALLOP, 299 y 328).
(140) CORNWELL, 103.
(141) DOMENECH, 167 y 189-191.
(142) Ib., 212-213.
(143) Ver "El País", 26-2-1987; "Ya", 11 y 17-7-1987.
(144) Ver "El País", 10-3-1989 y "Ya", 10-3-1989. Sobre los intentos del Opus Dei (erigido en prelatura el 28-11-1982) por hacerse con el control del IOR, ver G.ZIZOLA, restauración del Papa Wojtyla, Ed. Cristiandad, Madrid, 1985, 166-177; también E.EKAIZER, José María Ruiz Mateos, el último magnate, Ed. Plaza & Jan‚s, Esplugues de Llobregat, 1985, 23.
(145) Mt 6, 26. Ver "Ya", 21-6-1989 y "El País", 31-7-1989; "Ya", 21-9-1989; "El País", 22-10-1989.
(146) YALLOP, 273.
(147) SISTI-MODOLO, 102.
(148) YALLOP, 277.
(149) DI FONZO, 280; YALLOP, 284.
(150) YALLOP, 284-285.
(151) Ib., 285.
(152) Ib., 302.
(153) PIAZZESI,G.-BONSANTI,S., La historia del banquero Roberto Calvi, Ed. Planeta, Barcelona, 1984, 96; ver YALLOP, 302.
(154) SISTI-MODOLO, 274-275.
(155) SISTI-MODOLO, 99.
(156) Ver YALLOP, 314-315; THOMAS y MORGAN-WITTS, 141; "Ya", 27-10-1982; "Ecclesia" 2072[1982], 29; "L'Osservatore Romano", Ed. Española, 28-3-1982. Sor Vincenza, que padecía de corazón, murió en Lamon (Belluno), el 28 de junio de 1983 (ver "Humilitas" 3[1985], 11). También ha muerto Germano Pattaro, el 27 de septiembre de 1986, tras larga enfermedad. Por su parte, Villot había muerto el 9 de marzo de 1979; según se informó, de "una neumonía bronquial bilateral con complicaciones" (YALLOP, 305-306).
(157) Ver también FERRER BENIMELI, J.A., La Iglesia católica y la masonería ¿el fin de un conflicto?, en "Razón y Fe" 968-969 (1978), 154-161. Ver también YALLOP, 295-296.
(158) GURWIN, L., El caso Calvi. La muerte de un banquero, Ed. Versal, Barcelona, 1983, 101; ver pp. 102,105 y 106. Con el reclamo del poder y del anticomunismo, Gelli fue tejiendo su poderosa logia en Italia. También en Sudamérica la P2 tiene sus centros de acción; en Argentina Gelli organizó la "Propaganda patriótica", a la que se adhirieron militares y civiles que sucesivamente apoyaron el golpe militar del 24 de marzo de 1976. A la P2 argentina pertenecen el almirante Emilio Massera, condenado en 1985 por violación de derechos humanos, y José López Rega, secretario personal de Perón y organizador de los escuadrones de la muerte (recientemente fallecido). Ver YALLOP,321 y "Avanti", 24-9-1987. Al parecer, en la lista de Gelli ni son todos los que están, ni están todos los que son. Ver, a este respecto, ATTILIO BASTIANINI, Relazione di minoranza. Commisione parlamentare d'inchiesta sulla loggia massonica P2, Doc. XXIII, n.2-bis/5,10-11; también ALESSANDRO GHINAMI, Relazione di minoranza, ib., n.2- bis/4,8.
(159) SISTI-MODOLO, 29-31.
(160) Ib., 42.
(161) Ib., 44.
(162) Ib., 55.
(163) YALLOP, 290; ver DI FONZO, L., Michele Sindona, el banquero de San Pedro, Ed. Planeta, Barcelona, 1984, 252. Ver FRANCESCO DE MARTINO, Sul caso Sindona. Discorso al Senato nella seduta del 30 ottobre 1984, 5-21. Ya en 1971 circularon rumores sobre Sindona y Marcinkus (HAMMER,R., Conexión Vaticano, Argos Vergara, Madrid, 1982).
(164) Ver "Ya", 21 y 22-3-1986. A pesar del olor característico del cianuro (a almendras amargas), el ataque sufrido por Sindona fue descrito como derrame cerebral o infarto. Es un ejemplo concreto de cómo muchos síndromes de envenenamiento pueden simular otras enfermedades (ver nota 100). Sobre la revelación de los dos guardias, ver "El País", 11-2-1989.
(165) SISTI-MODOLO, 26.
(166) GURWIN, 105-106; ver YALLOP, 297,298 y 325; también PIAZZE-SI-BONSANTI, 48, 120 y 140.
(167) GURWIN, 144.
(168) Ver "Diario 16", 27-1-1989. La viuda de Calvi, sin acusar directamente a personajes concretos de la Iglesia, insinúa que "querían verle callado para siempre"; dice también que la magistratura italiana ha encontrado en el Banco San Gottardo, de Suiza, muchos documentos que podrían probarlo.
(169) Ver YALLOP, 322; también PIAZZESI-BONSANTI, 218 y "Avanti", 22-9-1987.
(170) BASTIANINI, 7; ver p.16; GURWIN, 101 y DI FONZO, 80-81.
(171) Ver "El País", 17-6-1986 y 19-12-1988; también "Il Tempo", 14-4-1988, "Avanti", 22-9-1987 . En "Diario 16", 9-4-1989, Gelli se reconoce "muy amigo" de los que en 1981 tenían el poder.
(172) El 23 de septiembre de 1981 se constituyó en Italia la Comisión Investigadora de la P2, presidida por Tina Anselmi. La Comisión presentó un informe final al Parlamento el 12 de julio de 1984. Era el fruto de 198 testimonios, 147 sesiones y 14 operaciones de policía judicial. El informe distingue varias fases de actividad de la logia, en particular, del 65 al 74  y del 74 al 81. Ver "Avanti", 22-9-1987.
(173) Ver DOMENECH, 200-201; GURWIN, 102; PIAZZESI-BONSANTI, 193.
(174) Ver YALLOP, 300-301; también PIAZZESI-BONSANTI, 229. El 9 de junio de 1982 Yallop entrevistó a Calvi por teléfono. Cuando Yallop precisó que el tema de su libro era "la vida de Juan Pablo I, Albino Luciani", Calvi perdió los modales: "¿Quién le ha mandado contra mí? ¿Quién le ha dicho que hiciera tal cosa? Yo siempre pago. Siempre pago. ¿De qué conoce a Gelli? ¿Qué quiere? ¿Cuánto quiere?". Y también: "Sea usted quien sea, no escriba este libro. No puedo decirle nada. No me vuelva a llamar. Nunca" (YALLOP, 305).
(175) Ver F. MARTIN, La Iglesia en la historia (I), Ed. Atenas, Madrid, 1984, 182-184.
(176) HERTLING, L., Historia de la Iglesia, Ed. Herder, Barcelona, 1981, 306-307.
(177) JEDIN, H., Manual de historia de la Iglesia (V), Ed. Herder, Barcelona, 1986, 175; ver pp. 170, 172,692 y 693.
(178) Ver RODRIGUEZ-SOLIS, E., La santidad del pontificado, Ed. El Museo Universal, Madrid, 1986, 359.
(179) HERTLING, 307.
(180) Ib., 341.
(181) ZIZOLA, G., Perché non ci credo, en "Panorama", 18-6-1984, 120. Ver LOPEZ SAEZ, J., La renovación eclesial: génesis, dificultades, desarrollos. El Concilio del siglo XXI, Ed. PPC, Madrid, 1987, 115.
(182) JEDIN-REPGEN, Manual de la historia de la Iglesia (IX), Ed. Herder, Barcelona, 1984, 62 y 108.
(183) Ver "Le Figaro", 26-7-1989. Otros dicen que el médico en cuestión fue el padre de Clara, no el hermano, el Dr. Francesco Petacci (ver CORNWELL, 26). Ver nota 68.
(184) HERTLING, 494. Sobre la personalidad de Pío XI, ver JEDIN-REPGEN, IX, 95.
(185) STERLING, C., La hora de los asesinos, Ed. Planeta, Barcelona, 1984, 15.
(186) Ver GURWIN, 105.
(187) Ver "El País", 13-11-1986.
(188) Ib., 17-6-1986.
(189) Comentado por J. ARIAS en "El País", 20-7-1988.
(190) Ver "El País", 17-6-1986.
(191) CORNWELL, 52.
(192) DE ANDREIS-LEONE, 27.
(193) Ib., 28; ver p.66. Juan Pablo II contaba con su compatriota Deskur para afrontar los problemas de la curia, pero en vísperas del cónclave Deskur sufrió un ataque cerebral que se repitió el día 17. Deskur, de 56 años, Presidente de la Comisión Pontificia de Comunicaciones Sociales, estaba considerado como el consejero más importante del cardenal Wojtyla ("Ya", 14 y 18-10-1978; también ARIAS, J., El enigma Wojtyla, Ed. El País, Madrid 1985, 23-24). También el 17, el Papa se equivocó de ascensor y terminó ante el IOR ("Ya", 18-10-1978).
(194) ARNAUD, N., Al servicio secreto de su Santidad, en "Ya", 8-4-1979.
(195) El relato procede del propio Lorenzi. Ver YALLOP, 263-264 y "El País", 5-10-1978.
(196) CORNWELL, 188.
(197) ARNAUD, íb.
(198) Ibidem. Dalla Chiesa fue asesinado en Palermo el 3 de septiembre de 1982, siendo jefe de la lucha antimafia. Aldo Moro, presidente de la Democracia Cristiana, fue secuestrado el 16 de marzo de 1978 por las Brigadas Rojas, que querían canjearle por trece terroristas encarcelados en Turín. Moro había convencido a un amplio sector de su partido de la necesidad de contar con los comunistas en una nueva mayoría parlamentaria. Precisamente el día que el gobierno, formado en base a ese nuevo esquema, fue confirmado por el Parlamento, Moro era secuestrado (ver "El País", 10-5-1978). La DC y los demás partidos rechazaron cualquier tipo de negociación. En los últimos días, el socialista Craxi pidió negociar por razones humanitarias. El 9 de mayo apareció en Roma el cadáver. La familia hizo saber que, respetando los deseos de Moro, a sus funerales no asistieran los dirigentes de los partidos ni el Gobierno. Se sospecha que en 1984 la DC aceptó negociar en el caso del diputado Ciro Cirillo (ver "El País", 1-8-1984). En su película titulada "I giorni dell'ira. Il caso Moro", Giuseppe Ferrara apunta en esta dirección: los enemigos que Moro tenía dentro del aparato del Estado no querían que saliera vivo; era un obstáculo para su política: "Estos no eran otros que los componentes de la Logia P-2" ("Ya" dominical, 17-8-1986).
(199) Ver "Ya", 8-4-1979.
(200) DE ANDREIS-LEONE, 116-117.
(201) Ver "Ya", 8-4-1979
(202) CORNWELL, 65-66.
(203) Ver Apéndice, doc. 4. Contrasta bastante esto que Lorenzi dice en 1980 con afirmaciones más recientes. Por ejemplo, sobre "los síntomas de un ataque al corazón que el Papa experimentó el 28 de septiembre de 1978" (CORNWELL, 74). Como ya hemos visto, el diagnóstico oficial carece de fundamento. La cuestión es por qué dice Lorenzi esto ahora, nueve años después (ver cap. 6). Añade Lorenzi que Villot era un hombre mayor, que quiso salir adelante y terminar con una gran montaña de papeles pendientes: "El quebró al pobre Luciani. No había ninguna necesidad...¿Por que un Papa habría de emplear su tiempo en todo eso?" (CORNWELL, 81). Ver el moderado horario del Papa, según el propio Lorenzi (nota 39).
(204) ZIZOLA, Il Papa che non volle farsi re, 163; ORTEGA,J.L., Del Cónclave a la elección de Juan Pablo I, en "Ecclesia" 1989 (1978), 20. El jesuita Juan Manuel Igartua comenta que en la "profecía" atribuida a San Malaquías, el lema correspondiente a Juan Pablo I ("de medietate lunae", "de la mitad de la luna") contiene cuatro puntos de referencia personal: 1) el nombre (Albino significa en latín "blanco"); 2) el apellido (Luciani viene de "luz"; sería así "blanca luz"; además, en latín Luna es contracción de Lucina; podríamos, pues, hablar de "blanca Luna"); 3) el lugar de nacimiento (en Canale, provincia de Belluno; bellum lunum significa "bella luna"); 4) el día de la elección (la noche del 25-26 brilló en el cielo romano la media luna menguante). Además, está la brevedad del pontificado: el tiempo de una luna. Igartua ha examinado en el Anuario Pontificio los nombres de los 132 cardenales de 1978: no ha hallado uno sólo fuera de Luciani que tenga algún elemento de referencia posible al lema; y en Luciani aparecen  hasta cuatro. Concluye: "El azar ha de descartarse por fuerza" (IGARTUA, J.M., El enigma de la profecía de S. Malaquías sobre los Papas, Ed. Acervo, Barcelona, 1981, 346-349). Una observación: alguno de ellos podría habérsele hecho coincidir; por ejemplo, el que se refiere a la brevedad del pontificado, por parte de quien decidiera la muerte de Luciani.
(205) Ver KUMMER, 562, 475 y 540; NICOLINI, 157; también "Corriere della Sera", 20-9-1980.
(206) Ver LUCIANI,A., Opera omnia (VIII), Ed. Messaggero, Padova, 1989, 179-180; también de LUCIANI, , Scuola Tipografica Emiliana Artigianelli, Venezia, 1897, 113-124.
(207) KUMMER, 542; ver 538-543.
(208) Ver "Ecclesia" 1899 (1978), 7.
(209) Ver INFIESTA, 59-60 y 127; también LAMET, P.M., Esperamos a Juan Pablo II, en "Vida Nueva" 1149 (1978), 40; finalmente, Card. CE, Solenne omelia nel ricordo di Papa Luciani, en "Dolomiti", 1-2 (1989), 94.
(210) Ver Apéndice, doc. 3.
(211) Ver CORNWEL, 264-265; "Diario 16", 15-5-1989; LOPEZ SAEZ, J., La mayor distorsión de la figura de Juan Pablo I, en "Alandar" 60 (1989), 10-11.
 (212) Carta de 16-12-1988. También me han confirmado el acierto del estudio grafopsicológico: Giacomo Mazzorana, director del centro "Papa Luciani" (Santa Justina, Belluno) y Giovanni Dan, director del periódico "L'Azione", de Vittorio Véneto.
(213) KUMMER, 474; ver pp. 340-351; INFIESTA, 127 y 282; ZIZOLA, Il Papa che non volle farsi re,
(214) LUCIANI,A., Opera omnia (IV), Ed. Messaggero, Padova, 1988, 198, carta pastoral de 29 de julio de 1968; ver KUMMER, 393; YALLOP, 43-45; INFIESTA, 28 y 83.
(215) Ver INFIESTA, 126-127.
(216) Ver "Ecclesia" 1904 (1978), 9.
(217) Ver "Ecclesia", 1905 (1978), 9. A Puebla (M‚jico), Juan Pablo I no pensaba ir; ver "Ecclesia", 1903 (1978), 20.
(218) Ver ZIZOLA, Il Papa che non volle farsi re,
(219) CORNWELL, 160.
(220) KUMMER, 222; F. TAFFAREL, Monsignor Carraro: "Quando occorre sa essere forte e deciso", en "Humilitas", 2(1984), 5-6. Bortignon, que en 1949 dejó Belluno, concluyó su servicio pastoral en Padua. Luciani nunca olvidó a su antiguo obispo. Siendo Papa, le rogó que fuera al Vaticano. Del encuentro, el viejo obispo sólo comentó esto: "son cosas que llevar‚ conmigo a la tumba" (KUMMER, 223).
(221) YALLOP, 184.
(222) Jn. 2,16 y Mt. 21,13.
(223) Ver cap. 1.
(224) Declaración Universal de los Derechos del Hombre, 19.
(225) Código de Derecho Canónico, c.212, 3.
(226) Jn 8, 32.
(227) Concilio Vaticano II, GS 16 y DH 11.
(228) 2 Co 5, 10.
(229) Ga 2, 5.
(230) CALDERON, C., La muerte de Juan Pablo I, en "L'Osservatore Romano" (ed. esp.), 8-10-1978. Ver 1 R 19, 2 y 10; 2 R, 2, 12; Rm 11, 2-3; ver también la comparación que hace Jesús entre Elías y Juan el Bautista (Mt 17, 12-13).
(231) FERNANDEZ ARDANAZ, S.,  Viaje de Juan Pablo II a la región más católica de Italia, en "Vida Nueva" 1484(1985), 38. Con ocasión de un congreso de estudio sobre el tema "Juan Pablo I: el Papa de la esperanza", celebrado en Santa Justina (Belluno) en el marco del décimo aniversario, se han hecho públicos algunos milagros y se espera pronto el proceso de beatificación y canonización ("Ya", 1-9-1988). Recientemente, en el marco de una misa solemne celebrada en Canale d'Agordo con motivo del undécimo aniversario de la elección de Juan Pablo I, el sacerdote veneciano Ettore Fornezza ha presentado al obispo de Belluno 15.000 firmas pidiendo la apertura de la causa de la beatificación de Albino Luciani (ver "Il Gazzettino", 26-8-1989).
(232) Ver YALLOP, 312.
(233) Jd 9.
(234) Sal 79,2 y 10. Casi un millón de personas habían desfilado ante el cadáver los días anteriores. Y más de 100.000 asistieron al funeral. Ante la duda, los cardenales Villot y Confalonieri habían sido tajantes: "A no ser que haya un diluvio o un terremoto, las exequias se celebrar n en la plaza". Se leyó un pasaje del Apocalipsis y otro de los Hechos de los Apóstoles junto al evangelio que narra la triple pregunta de Jesús y la triple respuesta de Pedro (Jn 21, 15-17). Desde la consagración a la comunión un aguacero violento cayó sobre Roma. Ver INFIESTA, 246-248; THOMAS y MORGAN-WITTS, 267; "Ecclesia" 1254 (1978), 5-6.
(235) Ver Sal 2,4.
(236) Lc 11, 51.
(237) Ex 32, 7-14.
(238) Ver "Ya", 17-9-1989.
(239) 2 Ts 2, 15.
(240) Lc 19, 13.
(241) Carta con fecha de 2-11-1985.
(242) 1 Ts 5, 4. Ver notas 12 y 95.

Notas a Confidencias de Juan Pablo I

(1) Ver C. BASSOTTO, Il mio cuore è ancora a Venezia, Tip. Adriatica. Musile di Piave (Venecia), 1990.
(2) Ver 2 R 2, 14
(3) Ver Premessa
(4) P. 122
(5) Ib.
(6) Pp. 122 y 124
(7) P. 125
(8) Ib.
(9) Ib.
(10) P. 127
(11) Ib
(12) P. 129
(13) Ib.
(14) P. 131
(15) Ib.
(16) P. 134
(17) P. 135
(18) Pp. 135 y 137
(19) P. 145
(20) Ib.
(21) P. 137
(22) P. 138
(23) P. 116
(24) P. 140. Compárese el testimonio de don Germano con lo que se dice en el cap. 12 sobre la figura de Juan Pablo I y la distorsión de su imagen.
(25) Pp. 146-147
(26) P. 296. Como hemos visto anteriormente, sor Vincenza le dijo a Lina Petri, primer familiar que acudió al Vaticano tras la muerte del Papa, que “simplemente no lo podía creer porque había estado tan bien, mucho mejor en Roma que en Venecia” (ver p. 32). Sobre la salud del Papa, dice Lorenzi: “Gozaba de una buena salud” (p. 45). Y el Dr. Da Ros, su médico personal, afirma: “Nada, absolutamente nada, dejaba prever aquello que ha sucedido”, “estaba estupendamente” (pp. 45-46)
(27) P. 206
(28) Ib.
(29) P. 208. Ver lo que dice el Dr. Roe sobre el error de muchos médicos que relacionan el émbolo de un ojo con la embolia pulmonar. “no tiene nada que ver” (p. 34). Como se puede ver más adelante, lo mismo dicen el Dr. Cabrera y la Dra. Mariscal de Gante.
(30) P. 208
(31) P. 209. Compárese este testimonio de sor Vincenza, en el que faltan algunos detalles, con lo que se dice en el cap. 3 sobre el hallazgo del cadáver.
(32) P. 212. La opinión, según la cual Juan Pablo I pudo morir de embolia pulmonar, la sustenta ahora el propio portavoz vaticano, Navarro-Valls (ver p. 33). Como hemos visto, el Dr. Cabrera opina que "“a embolia pulmonar es aún menos probable que el infarto teniendo en cuenta los antecedentes y el cuadro encontrado: por ejemplo, no tenía espuma sanguinolenta en la boca” (p. 34). Ver lo que dice el Dr. Roe (p. 33). Ver lo que dicen a continuación el Dr. Cabrera y la Dra. Mariscal de Gante.
(33) P. 227
(34) P. 228
(35) Ib.
(36) Ib.
(37) Ib.
(38) Pp. 229-231
(39) Pp. 231-239. Es de destacar la posición firme de Juan Pablo I frente a la degradación del IOR, frente a la destitución de Marcinkus y, también, frente a la masonería y la mafia. Juan Pablo I no concreta más (qué masonería o qué mafia); aún no se había descubierto el grave asunto de la logia P-2 (ver p. 79), pero Juan Pablo I estaba en la pista. Una pista peligrosa: el magistrado Emilio Alessandrini fue asesinado (el 29-1-1979), cuando investigaba las actividades del Banco Ambrosiano; igualmente, el fiscal Giorgio Ambrosoli fue asesinado (el 11-7-1979), cuando investigaba la quiebra de los bancos de Sindona. En este sentido, el testimonio de la persona de Roma tiene un valor excepcional, pues confirma la delicada y peligrosa situación que Juan Pablo I afrontó con firmeza antes de morir, situación que durante años ha sido celosamente ocultada (ver cap. 7). Es de destacar también la convergencia de la persona de Roma con don Germano en lo que se refiere a la figura del Papa Luciani, figura que ha sido gravemente distorsionada (ver cap. 12). Ambos testimonios manifiestan que Juan Pablo I proyectaba una renovación profunda en el interior de la Iglesia. El hecho de que la persona de Roma oculte su identidad es un dato más que confirma la represión existente (ver cap. 13).
(40) P. 245
(41) Ib.
(42) P. 247
(43) P. 199