(1) En "Vida Nueva" 1497(1985), 24.
(2) RICCI, T., Aquel verano en compañía de tres Papas,
en "30 días" 8(1988), 14.
(3) Ibidem.
(4) CORNWELL, J., A thief in the night. The death of Pope John Paul
I, Viking, London, 1989, XV.
(5) CORNWELL, 3.
(6) Ib., 13.
(7) YALLOP, D., En nombre de Dios, Ed. Planeta, Barcelona, 1984, 223
y 323. La investigación de Yallop tuvo su origen en los pocos que
conocían la verdad sobre el hallazgo del cadáver. Determinados
miembros de este grupo facilitaron detalles a la agencia ANSA y conectaron
con Yallop (p. 249). Ver la reacción de Nicolini al libro de Yallop
(Apéndice, doc. 1).
(8) KUMMER,R., Albino Luciani, Papa Giovanni Paolo I. Una vita per
la Chiesa, Ed. Messaggero, Padova, 1988, 578-580 y 9.
(9) CORNWELL, 265.
(10) Ver "Ya", 28-9-1988.
(11) Ver "Ya" y "El País", 4-10-1978; también YALLOP,
244-245.
(12) Ver "Corriere della Sera", 24-6-1984; ver también Apéndice,
doc. 1. Un artículo del P. Gino Concetti en L'Osservatore
Romano" salió al paso de las peticiones de autopsia del cadáver
del Papa, diciendo que "el cristiano sabe que la muerte llega como un ladrón,
de noche, y hay que estar continuamente preparados para recibirla". Ver
THIERRY, J.J., La vraie mort de Jean-Paul Ier, Ed. Jean-Cyrille Godefroy,
Paris, 93-94; PENA, J.R.-ZOTTOLA,M., Han asesinado al Papa! "Operación
Paloma", Ed. Angel Herrero Fernández, Madrid, 1978, 20. Ver final
del Epílogo y las notas 95 y 242.
(13) KUMMER, 223.
(14) Jn 8, 32.
(15) Ver "Ya", 8-10-1987.
(16) Ver Jn 2, 16-17; Mt 21, 13; Mc 11, 17 y Lc 19, 45-46.
(17) Ver Ga 2, 1-14.
(18) Ver "Ya", 10-3-1989.
(19) Carta con fecha 2-11-1985.
(20) Lc 11, 51.
(21) SENIGAGLIA, M., Le radici della spiritualità di Giovanni
Paolo I, en "Dolomiti" 1-2(1989), 51. Ver KUMMER, 39.
(22) JUAN PABLO I, Los textos de su pontificado, Eunsa, Pamplona, 1979,
192. Ver KUMMER, 43.
(23) SENIGAGLIA, 52-53.
(24) Ver "Humilitas" 1 (1984), 10. "Papa Luciani-Humilitas" - así
es su nombre completo - es la revista de la Asociación Papa Luciani.
La Asociación está constituida por personas que en todo el
mundo aman la figura de Juan Pablo I.
(25) SENIGAGLIA, 52.
(26) Ibidem.
(27) Ib., 51.
(28) Ver KUMMER, 440-449.
(29) INFIESTA,J., Pablo I. Alegría de los pobres, Ed. Paulinas,
Madrid, 1978, 145-146.
(30) GANTIN, B., Il Concilio Vaticano II nelle scelte pastorali di
Albino Luciani, en "Dolomiti" 1-2 (1989), 26.
(31) JUAN PABLO I, o.c., 153-188.
(32) GANTIN, 25.
(33) En "Vida Nueva" 1497(1985), 23.
(34) Ib., 1503(1985), 42.
(35) En "Vida Nueva" 1502(1985), 3. Ver "El País", 4-12-1987.
(36) Se alegó un "cambio de orientación". Al propio tiempo,
el Presidente de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis,
me pidió una memoria "para que se reconociera mi trabajo en la Comisión"
(en total, trece años), cosa que hice con prontitud. Poco después,
un experto canonista me dijo confidencialmente: "Con este asunto de Juan
Pablo I has comprometido tu trabajo en catequesis de adultos y el bien
que desde ahí podías hacer". Le respondí: "Para mí
lo de Juan Pablo I no es ajeno a la catequesis de adultos". En 1987 la
Asociación "Comunidad de Ayala" fue reconocida como Asociación
Pública de Fieles. A pesar de vientos y borrascas, la casa - cimentada
sobre roca- aguantó (Mt 7, 25).
(37) 2 Co 4, 2.
(38) Ver "Ya", 8-8-1978.
(39) Ver "L'Osservatore Romano", 29-9-l978; también "Ya", 28-9-1988.
Luciani siempre madrugó. Siendo vicerrector del seminario de Belluno,
según el horario en uso, la hora de levantarse eran las 5'40 (hora
de acostarse: las 21'15). Además, Don Albino tocaba la campana:
"Quizá quería ahorrar al clérigo campanero la
molestia de levantarse un poco antes" (ver "Humilitas" 3 (1986), 3). Según
Lorenzi, "el Papa se levantaba a veces a las 4'30; a las 7 concelebraba;
a las 7'30 desayunaba y leía 7 u 8 periódicos; a las 9 bajaba
para las audiencias; a las 12'30, comida; un poco de reposo y después
cartas, cartas, cartas...esto es, problemas, molestias...; a las 20, cena;
a las 20'45, se retira a su habitación".
(40) RICCI, 14.
(41) Ib., 15.
(42) YALLOP, 235.
(43) Ver "Ya" y "El País", 4-10-1978; también YALLOP,
244-245.
(44) Ver "El País", 10-10-1978.
(45) Ver "Ya", 10-10-1978.
(46) Ver "Corriere della Sera", 24-6-1984.
(47) CORNWELL, 169.
(48) Ib., 187.
(49) Ib., 170.
(50) Ib., 79-80.
(51) YALLOP, 226-228; ver p. 259. J.ARIAS dió en su día
el relato de sor Vincenza, que fue desmentido por la sala de prensa del
Vaticano ("El País", 8-10-1978). Informó también de
la "prohibición absoluta de hacer declaraciones" impuesta a las
monjas (el 6-10-1978). El dramaturgo mejicano LUIS G. BASURTO, autor de
la obra El candidato de Dios, habla de "juramento impuesto". Se lo dijo
el cardenal Miranda, mejicano, ya fallecido. Según Yallop, a las
6'45 de la mañana, el sargento Roggan se encontró en el Vaticano
con Marcinkus, que aparentó no saber nada de lo ocurrido (p.229).
(52) Relato comunicado personalmente al autor. Según Nicolini,
se ha levantado un revuelo sin necesidad: el Vaticano no mintió
y todo fue normal (ver Apéndice, doc. 1).
(53) CORNWELL, 72.
(54) Ver "Ya" y "El País", 6-10-1978.
(55) CORNWELL, 76.
(56) Ib., 74 y 80. Luciani vivió y murió austeramente;
fue amortajado con una camisa del secretario, pues "no se encontró
una camisa adecuada". Ver "Humilitas" 4 (1985), 13.
(57) RICCI, 14-15. Según otro relato, cuyas fuentes son Civiltà…
Cristiana y un miembro de la Curia, los policías de la plaza de
San Pedro dicen que la luz ha estado encendida toda la noche (ver YALLOP,227).
Antes de las cuatro y media, sor Vincenza deja la bandeja del café
en una mesa situada al lado de la puerta. A las cinco menos un par de minutos
vuelve a recogerla. está intacta. Llama con insistencia, sin obtener
respuesta. Se decide a abrir la puerta: "Juan Pablo está sentado
en la cama y parece mirarla de un modo extraño. Ella observa que
ha estado leyendo y que las gafas le han resbalado sobre la nariz. Tiene
las rodillas dobladas y una carpeta en la mano. Vincenza va a cerrar la
puerta. Allí hay algo raro. La mano derecha del Papa cuelga de un
modo forzado, con los dedos agarrotados. La carpeta que sostiene está
vacía y los papeles, esparcidos sobre la sábana y el suelo.
Pero es la expresión de su cara lo que más la asusta. Tiene
los labios abiertos en una mueca horrible que deja las encías al
descubierto, los ojos se le salen de las órbitas y las venas del
cuello están hinchadas". Por su parte, el doctor Buzzonetti "no
advirtió pigmentación facial ni congestión que denotara
una embolia. La tez, por el contrario, estaba blanca como el yeso" (ver
G. THOMAS y M. MORGAN-WITTS, Pontífice, Ed. Plaza & Jan‚s, Esplugues
de Llobregat, 1983, 244-247).
Sin embargo, dice Thierry que, según un empleado vaticano, Juan
Pablo I "tenía el rostro todo negro, digamos azulado". Sobre este
"azulamiento anormal" Lorenzi alertó al Dr. Da Ros (La vrai mort,
146). Thierry supone que Lorenzi descubrió el cadáver. Por
medio de un personaje ficticio (cardenal Wolkonski) dice que la alarma
encendida en el exterior atestiguaba que el Papa, sintiéndose mal,
había pedido ayuda, sin recibir respuesta (íb., 96; ver p.
95). Sin embargo, por medio de otro personaje ficticio (cardenal Senepa)
afirma lo contrario: "El Papa murió solo, fulminado, sin tener tiempo
de pulsar el timbre en demanda de auxilio" (Lettres de Rome sur le singulier
trépas de Jean-Paul I, Ed. Belfond, Paris, 1981, 97; ver p. 93).
Según Yallop, sor Vincenza pulsó el timbre para llamar a
los secretarios (p.227).
(58) CORNWELL, 170-173.
(59) Ib., 240-241.
(60) Ib., 37.
(61) Ib., 148.
(62) Ib., 187.
(63) Ib., 159 y 157.
(64) ZIZOLA, G., Il Papa che non volle farsi re, en "Epoca" 1892 (1988),
171. Ver "Ya", 3-10-1978; YALLOP, 243 y GENNARI, G. Rivelato il problema
che angosció Luciani poco prima della morte, en "Il Giornale Nuovo",
18-10-1981. Ver Apéndice, doc. 1.
(65) Ver "El País", 30-9-1978.
(66) Ib., 1-10-1978.
(67) YALLOP, 232; ver p.237. Felici dirigía en Padua unos ejercicios
para sacerdotes, en lugar de Luciani.
(68) THIERRY, Lettres de Rome, 104; pp., 103 y 97; notas 181-183.
(69) THIERRY, La vraie mort, THIERRY, Lettres de Rome,
(71) YALLOP, 228.
(72) CORNWELL, 222; YALLOP, 236.
(73) CORNWELL, 140; YALLOP, 259-260.
(74) CORNWELL, 216-217, 220 y 223. Recientemente, ha dicho Lorenzi
que los Signoracci "no entraron en escena hasta la noche" (p. 80).
(75) Ver "El País", 1-10-1978; sobre el chequeo del cadáver,
ver YALLOP, 246-248.
(76) En "Il Celentone", septiembre - octubre 1978, 20.
(77) Ver "El País", 31-7-1989; ver "Ya", 8-10-1987 y YALLOP,
242-248; ver también el poema que Lorenzi que se encontró
en la plaza de San Pedro después del funeral (Apéndice, doc.
4).
(78) INFIESTA, 262. Ver "Humilitas" 1 (1986), 1-2.
(79) THIERRY, Lettres de Rome, 116.
(80) Ver "Ya", 30-9-1978; YALLOP, 252-253; KUMMER, 42 y THIERRY, Lettres
de Rome, 110.
(81) CORNWELL, 76.
(82) YALLOP, 254-255; ver "Corriere della Sera", 20-9-1980 y MUCCIN,
G., Testimonianze e riflessioni su Albino Luciani, en "Dolomiti" 1-2 (1989),
34.
(83) YALLOP, 255.
(84) Ver "Gente", 21-6-1978.
(85) THIERRY, Lettres de Rome, 111 y La vraie mort, 122.
(86) Ver "Gente", 21-6-1985.
(87) Ver "Humilitas" 1(1984),3.
(88) Ver FARRERAS-ROZMAN, Medicina interna I, Ed. Marín, Madrid,
1975, 446.
(89) "Humilitas", 3(1985),11; ver también la posición
de Nicolini (Apéndice, doc. 1).
(90) Ver HARRISON, Principios de medicina interna, Ema, Madrid, 1987,
2856 y 2859; FARRERAS-ROZMAN, Medicina interna II, Ed. Marín, Madrid,
1975, 199-200.
(91) En "Ya", 30-9-1978; ver "El País", 1-10-1978.
(92) En "Ya", 30-9-1978.
(93) CORNWELL, 189-190. El médico le había aconsejado
pasear al menos una hora al día; ver "Humilitas" 2 (1985), 15.
(94) Ver "Ya", 30-9-1978; ver INFIESTA, 202-203 y YALLOP, 222.
(95) Ver Mt 25,1 y notas 12 y 242. Ver CORNWELL, 190-191; también
RICCI, 14; sobre amenazas de muerte, ver THOMAS y MORGAN-WITTS, 206.
(96) YALLOP, 222. La actividad continuaba en los despachos de Marcinkus
y de Villot. En la zona de los aposentos pontificios no había guardia
de seguridad (íb., 18 y 264; ver Lorenzi, cap. 11).
(97) CORNWELL, 203; ver YALLOP, 264 y 223. Juan Pablo I pensaba dirigir
el día 30 un mensaje a los jesuitas. Ver G.NICOLINI, Trentatré
giorni: un pontificato, Ed. Velar, Roma, 1984, 122-124.
(98) El relato procede del propio Lorenzi. La mayoría de los
espectadores presentes en el estudio de televisión se manifestaron
favorables a la tesis de que el Papa Luciani fue asesinado.
(99) Ver "El País", 25-10-1987 y "Ya", 8-10-1987; ver también
D'ORAZI,L., In nome di Dio o del diavolo?, Ed. Logos, Roma, 1988, 89-95.
(100) Ver Jan KOCH-WESER, Intoxicaciones químicas. Consideraciones
generales y principios del tratamiento, en HARRISON, Medicina Interna,
Ed. La Prensa Médica Mexicana, México, 1973, 715-721. Ver
el caso Sindona (nota 164).
(101) CORNWELL, 198.
(102) Ib., 188. Según Benny Lai, Guido Gusso ya fue camarero
de Juan XXIII (ver LAI,B., I segreti del Vaticano da Pio XII a papa Wojtyla,
Ed. Laterza, Roma-Bari, 1984, 70).
(103) CORNWELL, 198-199.
(104) Ib., 199-200.
(105) Ver "El País", 25-10-1987. Existe una corriente de opinión,
según la cual se hizo la autopsia, pero en secreto (ver DE ANDREIS,S.-LEONE,M.,
Juan Pablo Wojtyla. Crónica insólita de un , Ed. Laia/Paperback,
1980, 160). Según ello, al Vaticano le interesaba saber de qué
murió Juan Pablo I, pero no el decirlo.
(106) YALLOP, 233.
(107) Ib., 260.
(108) CORNWELL, 249.
(109) Ib., 265; ver pp. 264 y 242.
(110) Ib., 115 y 190.
(111) Ver "Humilitas" 2 (1987), 3.
(112) Ver "Humilitas" 2 (1986), 3; KUMMER, 258, 494 y 438.
(113) Ver notas 177 y 178.
(114) CORNWELL, 126.
(115) LUCIANI, A., Opera omnia (II), Ed. Messaggero, Padova, 1988,
465-466. Ver KUMMER, 273-283 y ZIZOLA, Il Papa che non volle farsi re,
162. Luciani tenía muy cerca el testimonio de Bernardino de Feltre,
fraile franciscano del siglo XV, que combatió la usura de su tiempo
(del 30-40%), denunciándola y fundando montes de piedad. Los usureros
intentaron matarle.
(116) YALLOP, 260.
(117) Ib., 51.
(118) Ib., 52.
(119) Comunicado por Mario Senigaglia al autor. El "caso Marcinkus"
ya se planteaba entonces, lo que Nicolini parece ignorar (ver Apéndice,
doc. 1).
(120) Ver DOMENECH,R., Marcinkus. Las claves secretas de las finanzas
del Vaticano, Ed. B, Barcelona, 1987, 74-75. En su forma moderna, las finanzas
vaticanas nacen en 1929, con los pactos de Letrán. Por ellos, Italia
reconoce el Estado de la Ciudad del Vaticano. Se constituye así
la base de la economía actual de la Santa Sede. Su expansión
se realiza de diversas formas a través de estos organismos: Administración
especial de la Santa Sede, para el nuevo patrimonio donado por el Estado
italiano; Administración general de los bienes de la Santa Sede,
para el patrimonio acumulado desde la pérdida de los Estados Pontificios
(1870); Administración de las Obras de Religión (llamado
así en 1941), para el patrimonio procedente de fundaciones pías;
de este organismo nacer en 1942 el actual Instituto para las Obras
de Religión (ver DOMENECH, 32-33).
(121) Ver YALLOP, 134; SISTI,L.-MODOLO,G., El banco paga, Ed. Plaza
& Jan‚s, Esplugues de Llobregat, 1983, 66-67; DOMENECH, 102.
(122) DOMENECH, 188. Es probable que, en los últimos meses de
su vida, Pablo VI supiera que el Banco de Italia realizaba una investigación
sobre las actividades del Ambrosiano.
(123) THIERRY, Lettres de Rome, 87; ver INFIESTA, 146.
(124) YALLOP, 99; ver "Ecclesia" 1900(1978), 16
(125) YALLOP, 97-98.
(126) THOMAS y MORGAN-WITTS, 225; ver pp. 222-226.
(127) Ib., 226-227. Ver YALLOP, 234.
(128) CORNWELL, 52.
(129) Ib., 109 y 110. Ver "El País", 21-5-1989.
(130) CORNWELL, 161 y 57.
(131) Is 22, 19.
(132) Ver YALLOP, 185; DOMENECH, 173; "El País", 1-10-1978;
ZIZOLA, Il Papa che non volle farsi re, 165-17l. La opinión de Biamonte
sobre la relación Benelli - Marcinkus, en CORNWELL, 141. A pesar
de lo que dice Nicolini, la confirmación inicial de los cargos vaticanos
no excluye las oportunas excepciones (ver Apéndice, doc. 1).
(133) CORNWELL, 115. Dice Nicolini que la elección de Luciani
como Papa "fue acogida en el Vaticano con mucha simpatía" (Apéndice,
doc. 1). Sin embargo, afirma Lorenzi: "en cierto sentido yo era el único
amigo que el Papa tenía" en el Vaticano (CORNWELL, 77). Ver lo que
se dice anteriormente sobre el "mes de infierno" que Luciani pasó
en Roma o lo que dice Farussi sobre la reacción de Marcinkus ante
la elección de Luciani como Papa (cap. 7). Ver también, más
adelante, la distorsión de la figura de Juan Pablo I (cap. 12).
(134) YALLOP, 221; ver DOMENECH, 173.
(135) YALLOP, 20. Un periodista suizo Víctor J. WILLI publicó
en 1987 un libro titulado ¿En nombre del demonio? Willi concluye
que Luciani murió de forma natural: "no tenía ninguna
ambición" y "pocos días después de ser elegido papa,
lamentaba haber aceptado" ("Ya", 8-10-1987).De hecho, Luciani aceptó
el cargo y no pensaba renunciar. Al contrario, a pesar de la oposición
encontrada, estaba dispuesto a imponer su autoridad, como dijo el 23 de
septiembre en San Juan de Letrán. Llegada la ocasión, sabía
ser fuerte y decidido (ver nota 220). Ciertamente, no tenía ambición.
Pero, al parecer, la tenían otros. Además, era recto y firme
en cuestiones de dinero.
(136) THIERRY, La vraie mort, 112; "El País", 5-10-1978; ver
YALLOP, 312. No es de extrañar que en 1978 Calvi anduviera preocupado:
primero, la investigación del Banco de Italia; después, la
del Papa Luciani. Sin embargo, Gelli le aseguraba que "el problema podía
y debía resolverse" (p. 187). Tanto Cornwell (p. 13) como Nicolini
(Apéndice, doc. 1) prestan especial interés en descartar
que el Papa Luciani fuera asesinado desde dentro del Vaticano, cuando lo
más probable es que se hiciera desde fuera, por la mano larga de
la P-2, organización capaz de penetrar cárceles de máxima
seguridad.
(137) CORNWELL, 101.
(138) Ib., 100.
(139) Ver "El País", 6-3-1985; también "Ya", 2-3-1985
y 10-3-1985. El 27 de diciembre de 1982 se comunica oficialmente la firma
de un acuerdo para crear una Comisión Mixta italo-vaticana (tres
miembros por cada parte) que estudiara la cuestión IOR- Ambrosiano.
El texto íntegro del informe de esta comisión puede verse
en "Il Tetto" 130-131 (Nápoles, 1985),404-450. La comisión
trabajó durante nueve meses escasos y llegó a conclusiones
limitadas. El resultado fue una transacción. El acuerdo se firmó
en Ginebra el 25 de mayo de 1984, en los locales de la Asociación
Europea de Libre Intercambio. Había sesenta funcionarios en representación
de 109 bancos acreedores. La ceremonia no tenía precedentes. El
IOR tenía que pagar 250 millones de dólares, en tres plazos.
Por pronto pago obtendría un descuento. El IOR pagó exactamente
240.822.222 de dólares con 23 centavos (ver DOMENECH, 216-219; YALLOP,
299 y 328).
(140) CORNWELL, 103.
(141) DOMENECH, 167 y 189-191.
(142) Ib., 212-213.
(143) Ver "El País", 26-2-1987; "Ya", 11 y 17-7-1987.
(144) Ver "El País", 10-3-1989 y "Ya", 10-3-1989. Sobre los
intentos del Opus Dei (erigido en prelatura el 28-11-1982) por hacerse
con el control del IOR, ver G.ZIZOLA, restauración del Papa Wojtyla,
Ed. Cristiandad, Madrid, 1985, 166-177; también E.EKAIZER, José
María Ruiz Mateos, el último magnate, Ed. Plaza & Jan‚s,
Esplugues de Llobregat, 1985, 23.
(145) Mt 6, 26. Ver "Ya", 21-6-1989 y "El País", 31-7-1989;
"Ya", 21-9-1989; "El País", 22-10-1989.
(146) YALLOP, 273.
(147) SISTI-MODOLO, 102.
(148) YALLOP, 277.
(149) DI FONZO, 280; YALLOP, 284.
(150) YALLOP, 284-285.
(151) Ib., 285.
(152) Ib., 302.
(153) PIAZZESI,G.-BONSANTI,S., La historia del banquero Roberto Calvi,
Ed. Planeta, Barcelona, 1984, 96; ver YALLOP, 302.
(154) SISTI-MODOLO, 274-275.
(155) SISTI-MODOLO, 99.
(156) Ver YALLOP, 314-315; THOMAS y MORGAN-WITTS, 141; "Ya", 27-10-1982;
"Ecclesia" 2072[1982], 29; "L'Osservatore Romano", Ed. Española,
28-3-1982. Sor Vincenza, que padecía de corazón, murió
en Lamon (Belluno), el 28 de junio de 1983 (ver "Humilitas" 3[1985], 11).
También ha muerto Germano Pattaro, el 27 de septiembre de 1986,
tras larga enfermedad. Por su parte, Villot había muerto el 9 de
marzo de 1979; según se informó, de "una neumonía
bronquial bilateral con complicaciones" (YALLOP, 305-306).
(157) Ver también FERRER BENIMELI, J.A., La Iglesia católica
y la masonería ¿el fin de un conflicto?, en "Razón
y Fe" 968-969 (1978), 154-161. Ver también YALLOP, 295-296.
(158) GURWIN, L., El caso Calvi. La muerte de un banquero, Ed. Versal,
Barcelona, 1983, 101; ver pp. 102,105 y 106. Con el reclamo del poder y
del anticomunismo, Gelli fue tejiendo su poderosa logia en Italia. También
en Sudamérica la P2 tiene sus centros de acción; en Argentina
Gelli organizó la "Propaganda patriótica", a la que se adhirieron
militares y civiles que sucesivamente apoyaron el golpe militar del 24
de marzo de 1976. A la P2 argentina pertenecen el almirante Emilio Massera,
condenado en 1985 por violación de derechos humanos, y José
López Rega, secretario personal de Perón y organizador de
los escuadrones de la muerte (recientemente fallecido). Ver YALLOP,321
y "Avanti", 24-9-1987. Al parecer, en la lista de Gelli ni son todos los
que están, ni están todos los que son. Ver, a este respecto,
ATTILIO BASTIANINI, Relazione di minoranza. Commisione parlamentare d'inchiesta
sulla loggia massonica P2, Doc. XXIII, n.2-bis/5,10-11; también
ALESSANDRO GHINAMI, Relazione di minoranza, ib., n.2- bis/4,8.
(159) SISTI-MODOLO, 29-31.
(160) Ib., 42.
(161) Ib., 44.
(162) Ib., 55.
(163) YALLOP, 290; ver DI FONZO, L., Michele Sindona, el banquero de
San Pedro, Ed. Planeta, Barcelona, 1984, 252. Ver FRANCESCO DE MARTINO,
Sul caso Sindona. Discorso al Senato nella seduta del 30 ottobre 1984,
5-21. Ya en 1971 circularon rumores sobre Sindona y Marcinkus (HAMMER,R.,
Conexión Vaticano, Argos Vergara, Madrid, 1982).
(164) Ver "Ya", 21 y 22-3-1986. A pesar del olor característico
del cianuro (a almendras amargas), el ataque sufrido por Sindona fue descrito
como derrame cerebral o infarto. Es un ejemplo concreto de cómo
muchos síndromes de envenenamiento pueden simular otras enfermedades
(ver nota 100). Sobre la revelación de los dos guardias, ver "El
País", 11-2-1989.
(165) SISTI-MODOLO, 26.
(166) GURWIN, 105-106; ver YALLOP, 297,298 y 325; también PIAZZE-SI-BONSANTI,
48, 120 y 140.
(167) GURWIN, 144.
(168) Ver "Diario 16", 27-1-1989. La viuda de Calvi, sin acusar directamente
a personajes concretos de la Iglesia, insinúa que "querían
verle callado para siempre"; dice también que la magistratura italiana
ha encontrado en el Banco San Gottardo, de Suiza, muchos documentos que
podrían probarlo.
(169) Ver YALLOP, 322; también PIAZZESI-BONSANTI, 218 y "Avanti",
22-9-1987.
(170) BASTIANINI, 7; ver p.16; GURWIN, 101 y DI FONZO, 80-81.
(171) Ver "El País", 17-6-1986 y 19-12-1988; también
"Il Tempo", 14-4-1988, "Avanti", 22-9-1987 . En "Diario 16", 9-4-1989,
Gelli se reconoce "muy amigo" de los que en 1981 tenían el poder.
(172) El 23 de septiembre de 1981 se constituyó en Italia la
Comisión Investigadora de la P2, presidida por Tina Anselmi. La
Comisión presentó un informe final al Parlamento el 12 de
julio de 1984. Era el fruto de 198 testimonios, 147 sesiones y 14 operaciones
de policía judicial. El informe distingue varias fases de actividad
de la logia, en particular, del 65 al 74 y del 74 al 81. Ver "Avanti",
22-9-1987.
(173) Ver DOMENECH, 200-201; GURWIN, 102; PIAZZESI-BONSANTI, 193.
(174) Ver YALLOP, 300-301; también PIAZZESI-BONSANTI, 229. El
9 de junio de 1982 Yallop entrevistó a Calvi por teléfono.
Cuando Yallop precisó que el tema de su libro era "la vida de Juan
Pablo I, Albino Luciani", Calvi perdió los modales: "¿Quién
le ha mandado contra mí? ¿Quién le ha dicho que hiciera
tal cosa? Yo siempre pago. Siempre pago. ¿De qué conoce a
Gelli? ¿Qué quiere? ¿Cuánto quiere?". Y también:
"Sea usted quien sea, no escriba este libro. No puedo decirle nada. No
me vuelva a llamar. Nunca" (YALLOP, 305).
(175) Ver F. MARTIN, La Iglesia en la historia (I), Ed. Atenas, Madrid,
1984, 182-184.
(176) HERTLING, L., Historia de la Iglesia, Ed. Herder, Barcelona,
1981, 306-307.
(177) JEDIN, H., Manual de historia de la Iglesia (V), Ed. Herder,
Barcelona, 1986, 175; ver pp. 170, 172,692 y 693.
(178) Ver RODRIGUEZ-SOLIS, E., La santidad del pontificado, Ed. El
Museo Universal, Madrid, 1986, 359.
(179) HERTLING, 307.
(180) Ib., 341.
(181) ZIZOLA, G., Perché non ci credo, en "Panorama", 18-6-1984,
120. Ver LOPEZ SAEZ, J., La renovación eclesial: génesis,
dificultades, desarrollos. El Concilio del siglo XXI, Ed. PPC, Madrid,
1987, 115.
(182) JEDIN-REPGEN, Manual de la historia de la Iglesia (IX), Ed. Herder,
Barcelona, 1984, 62 y 108.
(183) Ver "Le Figaro", 26-7-1989. Otros dicen que el médico
en cuestión fue el padre de Clara, no el hermano, el Dr. Francesco
Petacci (ver CORNWELL, 26). Ver nota 68.
(184) HERTLING, 494. Sobre la personalidad de Pío XI, ver JEDIN-REPGEN,
IX, 95.
(185) STERLING, C., La hora de los asesinos, Ed. Planeta, Barcelona,
1984, 15.
(186) Ver GURWIN, 105.
(187) Ver "El País", 13-11-1986.
(188) Ib., 17-6-1986.
(189) Comentado por J. ARIAS en "El País", 20-7-1988.
(190) Ver "El País", 17-6-1986.
(191) CORNWELL, 52.
(192) DE ANDREIS-LEONE, 27.
(193) Ib., 28; ver p.66. Juan Pablo II contaba con su compatriota Deskur
para afrontar los problemas de la curia, pero en vísperas del cónclave
Deskur sufrió un ataque cerebral que se repitió el día
17. Deskur, de 56 años, Presidente de la Comisión Pontificia
de Comunicaciones Sociales, estaba considerado como el consejero más
importante del cardenal Wojtyla ("Ya", 14 y 18-10-1978; también
ARIAS, J., El enigma Wojtyla, Ed. El País, Madrid 1985, 23-24).
También el 17, el Papa se equivocó de ascensor y terminó
ante el IOR ("Ya", 18-10-1978).
(194) ARNAUD, N., Al servicio secreto de su Santidad, en "Ya", 8-4-1979.
(195) El relato procede del propio Lorenzi. Ver YALLOP, 263-264 y "El
País", 5-10-1978.
(196) CORNWELL, 188.
(197) ARNAUD, íb.
(198) Ibidem. Dalla Chiesa fue asesinado en Palermo el 3 de septiembre
de 1982, siendo jefe de la lucha antimafia. Aldo Moro, presidente de la
Democracia Cristiana, fue secuestrado el 16 de marzo de 1978 por las Brigadas
Rojas, que querían canjearle por trece terroristas encarcelados
en Turín. Moro había convencido a un amplio sector de su
partido de la necesidad de contar con los comunistas en una nueva mayoría
parlamentaria. Precisamente el día que el gobierno, formado en base
a ese nuevo esquema, fue confirmado por el Parlamento, Moro era secuestrado
(ver "El País", 10-5-1978). La DC y los demás partidos rechazaron
cualquier tipo de negociación. En los últimos días,
el socialista Craxi pidió negociar por razones humanitarias. El
9 de mayo apareció en Roma el cadáver. La familia hizo saber
que, respetando los deseos de Moro, a sus funerales no asistieran los dirigentes
de los partidos ni el Gobierno. Se sospecha que en 1984 la DC aceptó
negociar en el caso del diputado Ciro Cirillo (ver "El País", 1-8-1984).
En su película titulada "I giorni dell'ira. Il caso Moro", Giuseppe
Ferrara apunta en esta dirección: los enemigos que Moro tenía
dentro del aparato del Estado no querían que saliera vivo; era un
obstáculo para su política: "Estos no eran otros que los
componentes de la Logia P-2" ("Ya" dominical, 17-8-1986).
(199) Ver "Ya", 8-4-1979.
(200) DE ANDREIS-LEONE, 116-117.
(201) Ver "Ya", 8-4-1979
(202) CORNWELL, 65-66.
(203) Ver Apéndice, doc. 4. Contrasta bastante esto que Lorenzi
dice en 1980 con afirmaciones más recientes. Por ejemplo, sobre
"los síntomas de un ataque al corazón que el Papa experimentó
el 28 de septiembre de 1978" (CORNWELL, 74). Como ya hemos visto, el diagnóstico
oficial carece de fundamento. La cuestión es por qué dice
Lorenzi esto ahora, nueve años después (ver cap. 6). Añade
Lorenzi que Villot era un hombre mayor, que quiso salir adelante y terminar
con una gran montaña de papeles pendientes: "El quebró al
pobre Luciani. No había ninguna necesidad...¿Por que un Papa
habría de emplear su tiempo en todo eso?" (CORNWELL, 81). Ver el
moderado horario del Papa, según el propio Lorenzi (nota 39).
(204) ZIZOLA, Il Papa che non volle farsi re, 163; ORTEGA,J.L., Del
Cónclave a la elección de Juan Pablo I, en "Ecclesia" 1989
(1978), 20. El jesuita Juan Manuel Igartua comenta que en la "profecía"
atribuida a San Malaquías, el lema correspondiente a Juan Pablo
I ("de medietate lunae", "de la mitad de la luna") contiene cuatro puntos
de referencia personal: 1) el nombre (Albino significa en latín
"blanco"); 2) el apellido (Luciani viene de "luz"; sería así
"blanca luz"; además, en latín Luna es contracción
de Lucina; podríamos, pues, hablar de "blanca Luna"); 3) el lugar
de nacimiento (en Canale, provincia de Belluno; bellum lunum significa
"bella luna"); 4) el día de la elección (la noche del 25-26
brilló en el cielo romano la media luna menguante). Además,
está la brevedad del pontificado: el tiempo de una luna. Igartua
ha examinado en el Anuario Pontificio los nombres de los 132 cardenales
de 1978: no ha hallado uno sólo fuera de Luciani que tenga algún
elemento de referencia posible al lema; y en Luciani aparecen hasta
cuatro. Concluye: "El azar ha de descartarse por fuerza" (IGARTUA, J.M.,
El enigma de la profecía de S. Malaquías sobre los Papas,
Ed. Acervo, Barcelona, 1981, 346-349). Una observación: alguno de
ellos podría habérsele hecho coincidir; por ejemplo, el que
se refiere a la brevedad del pontificado, por parte de quien decidiera
la muerte de Luciani.
(205) Ver KUMMER, 562, 475 y 540; NICOLINI, 157; también "Corriere
della Sera", 20-9-1980.
(206) Ver LUCIANI,A., Opera omnia (VIII), Ed. Messaggero, Padova, 1989,
179-180; también de LUCIANI, , Scuola Tipografica Emiliana Artigianelli,
Venezia, 1897, 113-124.
(207) KUMMER, 542; ver 538-543.
(208) Ver "Ecclesia" 1899 (1978), 7.
(209) Ver INFIESTA, 59-60 y 127; también LAMET, P.M., Esperamos
a Juan Pablo II, en "Vida Nueva" 1149 (1978), 40; finalmente, Card. CE,
Solenne omelia nel ricordo di Papa Luciani, en "Dolomiti", 1-2 (1989),
94.
(210) Ver Apéndice, doc. 3.
(211) Ver CORNWEL, 264-265; "Diario 16", 15-5-1989; LOPEZ SAEZ, J.,
La mayor distorsión de la figura de Juan Pablo I, en "Alandar" 60
(1989), 10-11.
(212) Carta de 16-12-1988. También me han confirmado el
acierto del estudio grafopsicológico: Giacomo Mazzorana, director
del centro "Papa Luciani" (Santa Justina, Belluno) y Giovanni Dan, director
del periódico "L'Azione", de Vittorio Véneto.
(213) KUMMER, 474; ver pp. 340-351; INFIESTA, 127 y 282; ZIZOLA, Il
Papa che non volle farsi re,
(214) LUCIANI,A., Opera omnia (IV), Ed. Messaggero, Padova, 1988, 198,
carta pastoral de 29 de julio de 1968; ver KUMMER, 393; YALLOP, 43-45;
INFIESTA, 28 y 83.
(215) Ver INFIESTA, 126-127.
(216) Ver "Ecclesia" 1904 (1978), 9.
(217) Ver "Ecclesia", 1905 (1978), 9. A Puebla (M‚jico), Juan Pablo
I no pensaba ir; ver "Ecclesia", 1903 (1978), 20.
(218) Ver ZIZOLA, Il Papa che non volle farsi re,
(219) CORNWELL, 160.
(220) KUMMER, 222; F. TAFFAREL, Monsignor Carraro: "Quando occorre
sa essere forte e deciso", en "Humilitas", 2(1984), 5-6. Bortignon, que
en 1949 dejó Belluno, concluyó su servicio pastoral en Padua.
Luciani nunca olvidó a su antiguo obispo. Siendo Papa, le rogó
que fuera al Vaticano. Del encuentro, el viejo obispo sólo comentó
esto: "son cosas que llevar‚ conmigo a la tumba" (KUMMER, 223).
(221) YALLOP, 184.
(222) Jn. 2,16 y Mt. 21,13.
(223) Ver cap. 1.
(224) Declaración Universal de los Derechos del Hombre, 19.
(225) Código de Derecho Canónico, c.212, 3.
(226) Jn 8, 32.
(227) Concilio Vaticano II, GS 16 y DH 11.
(228) 2 Co 5, 10.
(229) Ga 2, 5.
(230) CALDERON, C., La muerte de Juan Pablo I, en "L'Osservatore Romano"
(ed. esp.), 8-10-1978. Ver 1 R 19, 2 y 10; 2 R, 2, 12; Rm 11, 2-3; ver
también la comparación que hace Jesús entre Elías
y Juan el Bautista (Mt 17, 12-13).
(231) FERNANDEZ ARDANAZ, S., Viaje de Juan Pablo II a la región
más católica de Italia, en "Vida Nueva" 1484(1985), 38. Con
ocasión de un congreso de estudio sobre el tema "Juan Pablo I: el
Papa de la esperanza", celebrado en Santa Justina (Belluno) en el marco
del décimo aniversario, se han hecho públicos algunos milagros
y se espera pronto el proceso de beatificación y canonización
("Ya", 1-9-1988). Recientemente, en el marco de una misa solemne celebrada
en Canale d'Agordo con motivo del undécimo aniversario de la elección
de Juan Pablo I, el sacerdote veneciano Ettore Fornezza ha presentado al
obispo de Belluno 15.000 firmas pidiendo la apertura de la causa de la
beatificación de Albino Luciani (ver "Il Gazzettino", 26-8-1989).
(232) Ver YALLOP, 312.
(233) Jd 9.
(234) Sal 79,2 y 10. Casi un millón de personas habían
desfilado ante el cadáver los días anteriores. Y más
de 100.000 asistieron al funeral. Ante la duda, los cardenales Villot y
Confalonieri habían sido tajantes: "A no ser que haya un diluvio
o un terremoto, las exequias se celebrar n en la plaza". Se leyó
un pasaje del Apocalipsis y otro de los Hechos de los Apóstoles
junto al evangelio que narra la triple pregunta de Jesús y la triple
respuesta de Pedro (Jn 21, 15-17). Desde la consagración a la comunión
un aguacero violento cayó sobre Roma. Ver INFIESTA, 246-248; THOMAS
y MORGAN-WITTS, 267; "Ecclesia" 1254 (1978), 5-6.
(235) Ver Sal 2,4.
(236) Lc 11, 51.
(237) Ex 32, 7-14.
(238) Ver "Ya", 17-9-1989.
(239) 2 Ts 2, 15.
(240) Lc 19, 13.
(241) Carta con fecha de 2-11-1985.
(242) 1 Ts 5, 4. Ver notas 12 y 95.
Notas a Confidencias de Juan Pablo I
(1) Ver C. BASSOTTO, Il mio cuore è ancora a Venezia, Tip. Adriatica.
Musile di Piave (Venecia), 1990.
(2) Ver 2 R 2, 14
(3) Ver Premessa
(4) P. 122
(5) Ib.
(6) Pp. 122 y 124
(7) P. 125
(8) Ib.
(9) Ib.
(10) P. 127
(11) Ib
(12) P. 129
(13) Ib.
(14) P. 131
(15) Ib.
(16) P. 134
(17) P. 135
(18) Pp. 135 y 137
(19) P. 145
(20) Ib.
(21) P. 137
(22) P. 138
(23) P. 116
(24) P. 140. Compárese el testimonio de don Germano con lo que
se dice en el cap. 12 sobre la figura de Juan Pablo I y la distorsión
de su imagen.
(25) Pp. 146-147
(26) P. 296. Como hemos visto anteriormente, sor Vincenza le dijo a
Lina Petri, primer familiar que acudió al Vaticano tras la muerte
del Papa, que “simplemente no lo podía creer porque había
estado tan bien, mucho mejor en Roma que en Venecia” (ver p. 32). Sobre
la salud del Papa, dice Lorenzi: “Gozaba de una buena salud” (p. 45). Y
el Dr. Da Ros, su médico personal, afirma: “Nada, absolutamente
nada, dejaba prever aquello que ha sucedido”, “estaba estupendamente” (pp.
45-46)
(27) P. 206
(28) Ib.
(29) P. 208. Ver lo que dice el Dr. Roe sobre el error de muchos médicos
que relacionan el émbolo de un ojo con la embolia pulmonar. “no
tiene nada que ver” (p. 34). Como se puede ver más adelante, lo
mismo dicen el Dr. Cabrera y la Dra. Mariscal de Gante.
(30) P. 208
(31) P. 209. Compárese este testimonio de sor Vincenza, en el
que faltan algunos detalles, con lo que se dice en el cap. 3 sobre el hallazgo
del cadáver.
(32) P. 212. La opinión, según la cual Juan Pablo I pudo
morir de embolia pulmonar, la sustenta ahora el propio portavoz vaticano,
Navarro-Valls (ver p. 33). Como hemos visto, el Dr. Cabrera opina que "“a
embolia pulmonar es aún menos probable que el infarto teniendo en
cuenta los antecedentes y el cuadro encontrado: por ejemplo, no tenía
espuma sanguinolenta en la boca” (p. 34). Ver lo que dice el Dr. Roe (p.
33). Ver lo que dicen a continuación el Dr. Cabrera y la Dra. Mariscal
de Gante.
(33) P. 227
(34) P. 228
(35) Ib.
(36) Ib.
(37) Ib.
(38) Pp. 229-231
(39) Pp. 231-239. Es de destacar la posición firme de Juan Pablo
I frente a la degradación del IOR, frente a la destitución
de Marcinkus y, también, frente a la masonería y la mafia.
Juan Pablo I no concreta más (qué masonería o qué
mafia); aún no se había descubierto el grave asunto de la
logia P-2 (ver p. 79), pero Juan Pablo I estaba en la pista. Una pista
peligrosa: el magistrado Emilio Alessandrini fue asesinado (el 29-1-1979),
cuando investigaba las actividades del Banco Ambrosiano; igualmente, el
fiscal Giorgio Ambrosoli fue asesinado (el 11-7-1979), cuando investigaba
la quiebra de los bancos de Sindona. En este sentido, el testimonio de
la persona de Roma tiene un valor excepcional, pues confirma la delicada
y peligrosa situación que Juan Pablo I afrontó con firmeza
antes de morir, situación que durante años ha sido celosamente
ocultada (ver cap. 7). Es de destacar también la convergencia de
la persona de Roma con don Germano en lo que se refiere a la figura del
Papa Luciani, figura que ha sido gravemente distorsionada (ver cap. 12).
Ambos testimonios manifiestan que Juan Pablo I proyectaba una renovación
profunda en el interior de la Iglesia. El hecho de que la persona de Roma
oculte su identidad es un dato más que confirma la represión
existente (ver cap. 13).
(40) P. 245
(41) Ib.
(42) P. 247
(43) P. 199