En el principio era la palabra
 

      EUCARISTÍA QUINCENAL

Celebración virtual de la Palabra

 

Hace un año, teniendo en cuenta la situación creada por el coronavirus, el Consejo Rector de la Asociación Comunidad de Ayala tomó la decisión de tener los sábados reuniones presenciales de la Eucaristía cada 15 días, alternando con reuniones virtuales de la Palabra también cada 15 días. 

Un año después, el pasado 24 de octubre, el Consejo aborda de nuevo la cuestión de la frecuencia semanal de la eucaristía, la frecuencia más antigua: “el primer día de la semana” (Hch 20,7), el “día del Señor” (Ap 1, 10). Constatamos que, de un modo u otro, en la Comunidad nos reunimos con una frecuencia mucho mayor.

Empezamos la reunión escuchando la lectura propia del día, que denuncia la “inmoralidad” y el “afán de dinero” (Ef 4, 32-5,8) y nos remite al documental “La chica del Vaticano” (I-IV), que aborda la desaparición de Emanuela Orlandi (22-6-1983). Escuchamos también el evangelio propio del día (Lc 13, 10-17), que recoge la acusación que se le hace a Jesús porque “cura en sábado”. Recordamos lo que dice el Derecho Canónico “El domingo y las demás fiestas de precepto los fieles tienen obligación de participar en la Misa” (canon 1247).

Antes de tomar la decisión, compartimos diversos criterios: personas que no pueden acudir a las celebraciones presenciales por situaciones diversas de envejecimiento y de dependencia; aprovechar las ventajas de los medios tecnológicos empleados desde la pandemia; estrategia adoptada ante el envejecimiento de los miembros de la comunidad; riesgo de enfermar con el frío del invierno al estar expuestos a una ventilación cruzada, manteniendo las puertas abiertas durante toda la celebración; gravedad de la pandemia en las personas muy mayores; la preferencia de muchos por mantener la celebración virtual (quincenal) de los sábados; la importancia de curar, aunque sea en sábado. En la actualidad, el coronavirus está aumentando; en España, se ha pasado de 800 a 1.900 casos por cada 100.000 habitantes.

Tras el diálogo, el Consejo Rector acuerda:

  • Mantener, hasta la primavera, las reuniones presenciales de la Eucaristía cada 15 días, alternando con reuniones virtuales de la Palabra también cada 15 días. Si por alguna circunstancia se produjera un cambio, el sábado siguiente se mantendría la alternancia previamente establecida.
  • En las reuniones presenciales de la Eucaristía se mantienen las medidas de protección: mascarillas, medidores de CO2 y purificadores de aire. Se anticipa la hora de las reuniones presenciales y virtuales de los sábados: será de 19:30 a 21:30 Se limita el tiempo de cada reunión, con un máximo de dos horas.
  • Las catequesis seguirán siendo virtuales los miércoles cada 15 días, de 20:00 a 22:00 horas.

Ciertamente, la frecuencia más antigua es semanal: la comunidad se reúne “el primer día de la semana”, el sábado al atardecer. La eucaristía es la reunión de  la comunidad. Volviendo a las fuentes, la eucaristía es una reunión presencial. La comunidad escucha la palabra de Dios en su propia vida. Hay datos personales y privados,  que no tienen por qué retransmitirse. En los evangelios, hay un diverso nivel de comunicación: Jesús se comunica con la multitud por medio de parábolas, pero a los discípulos les comunica en privado (Mc 4,34), los secretos del reino de Dios (Lc 8,10).

Lo tenemos en cuenta. La celebración virtual de la Palabra llega también a quienes, por diversos motivos, no pueden acudir a la celebración de la Eucaristía. Las reuniones de grupo (en muchos casos, virtuales y quincenales) llegan también a quienes, por una u otra razón, no acuden a la celebración de la Eucaristía. En casos de enfermedad, se aplica lo que dice Santiago: “¿Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los presbíteros” (Sant 5, 14). Volviendo a las fuentes, los presbíteros (ancianos) son los dirigentes de la comunidad, en plural. En las circunstancias actuales, con el crecimiento de la expectativa de vida, se dan situaciones que antes no se daban. Se añaden años a la vida, pero no siempre se añade vida a los años.

A propósito del relevo generacional, volviendo a las fuentes, nos encontramos con esto: empezaron jóvenes y murieron con las botas puestas. Pues bien, el próximo año, la Comunidad de Ayala cumple medio siglo. Es un árbol con 50 años. Por supuesto, tenemos muy presente lo que dicen los Hechos de los Apóstoles: “El Señor agregaba cada día a la comunidad a los que se habían de salvar” (Hch 2, 47). Está en nuestra historia. Ahora, además, podemos hacer esto: plantar arbolitos, facilitar a jóvenes, que buscan la experiencia de fe, poder participar de la misión de Jesús. Como en un principio.

                                                                                                                                    Jesús López Sáez

                                                                                                                                       Octubre, 2022