En el principio era la palabra
 

 

WOJTYLA, BUSCADO POR LA GESTAPO

Revelación sorprendente

dolcettaEl escritor y periodista italiano Marco Dolcetta, en su libro "Gli spettri del Quarto Reich" (BUR, 2007), incluye una entrevista a Horia Sima, que fue comandante del Movimiento legionario rumano, estrecho colaborador y sucesor del líder fascista Codreanu, viceprimer ministro rumano y después agente secreto de la Gestapo entre los resistentes polacos. Murió en Munich el 25 de mayo de 1993. La entrevista tuvo lugar en Madrid en 1978, "tras titubeos, miedos y cambios de opinión". Con una foto de Franco en el escritorio, el entrevistado mostró al periodista un despacho escrito en alemán. "Lo redactó, le dijo, mi brazo derecho Grigori Cariatinescu, que estaba siempre conmigo en misión". He aquí el despacho:

"Apunte secreto del comando. Departamento Principal de Seguridad del Reich. Sección General. Declaraciones conjuntas han confirmado que un sacerdote católico, polaco, cuyo nombre es Karol Wojtyla, ha participado activamente en el asesinato de alemanes. Ha cometido el delito con un cuchillo. Dispongo que el nombre del asesino violento sea incluido en la lista de los buscados. A los efectos de la indicación mencionada dirigirse directamente a la Gestapo de Cracovia. Departamento F.VII A. Enviada por SD I y II Gestapo I RSM 87".

El que fuera agente secreto de la Gestapo comentó al periodista italiano: "En Cracovia teníamos bajo observación especial al arzobispo de la ciudad, el príncipe Adam Stefan Sapieha, por su gran libertad de acción antialemana. Tras una serie de encuentros con el clero local, en el que pasaba por refugiado húngaro, profesor de liceo, católico, buscado por las SS, llegué a conocer la organización clandestina protegida por la Iglesia. Allí conocí muchos religiosos católicos antinazis infiltrándome entre ellos en el campo de Sachsenhausen, donde habían sido deportados. Algunos de ellos eran estudiantes de la universidad Jagelónica: la forja intelectual de la resistencia. Yo y Cariatinescu debíamos ir, de noche, era viernes 5 de agosto de 1944, a una reunión en un sótano. Nos encontramos, así, unas diez personas. Al principio estaba también un cura con sotana que después se marchó. Entonces decidí salir con una excusa cualquiera y seguir al cura: al otro lado de la plaza estaba la sede la Gestapo, quería avisarlos y por tanto hacer que se capturara a todos los subversivos. Aquellos eran días de gran tensión: el primero de agosto en Varsovia la población se había levantado. Aquella noche del 5 de agosto dejo a Cariatinescu solo en la reunión y corro directamente a la sede central de la Gestapo, pero no hay ningún agente disponible para hacer la redada". 

doc"El domingo 7 de junio (1944) es el día de las grandes redadas de la Gestapo en toda Cracovia. Yo estoy en la sede de la Gestapo verificando las listas de posibles terroristas. Al nombre de Karol Wojtyla tengo un sobresalto, porque es un joven muy religioso, fichado también por el hecho de que se le considera hijo de una mujer hebrea, Emilia Katz, nacionalizada con un nombre polaco Kaczorowska, y amigo de jóvenes hebreos de su edad, a los que él protege y que me pareció, por la foto adjunta a la ficha, haberle ya visto en el sótano dos días antes. Wojtyla era considerado por todos como un líder y era muy hostigado por los elementos de la Falange".

"Cariatinescu, que había visualizado bien a los conspiradores, da vueltas por Cracovia con dos agentes de la Gestapo, todos de paisano. Wojtyla vivía en el centro, si recuerdo bien en la calle Tyniecka, era el verdadero jefe de grupo. Cariatinescu lo identifica mientras entra en su casa, con otros dos jóvenes. Antes de que los puedan detener, los tres escapan, los persiguen, pero Cariatinescu no corre tanto como los polacos y los dos alemanes perseguidores. Los ve escapar, después, al doblar la esquina, ve los cuerpos de los dos alemanes en tierra, sangrando. De los tres fugitivos, ni rastro. Corre a la central y me hace un informe de lo sucedido. Intentamos también avisar a Berlín y a Varsovia, pero no hay línea telefónica, e inmediatamente enviamos un grupo para buscar a los culpables. Sin éxito. El día después los dos agentes heridos mueren. De Wojtyla se llega a saber que ha encontrado refugio en el palacio del príncipe Sapieha, el arzobispo, y que éste le ha dado a él y a otros veinte subversivos católicos el hábito talar, y los ha hecho clérigos precipitadamente. Ahora viven en sus sótanos, donde ya desde 1942 hacían cursos de preparación al sacerdocio, clandestinos. Envío rápidamente un despacho escrito a Frank, el representante del Führer en Varsovia, que me hace saber que se ocupará él mismo del asunto".

joven sacerdote"Himmler desconfiaba mucho de la fidelidad de Frank, y entre nosotros se conocía bien la confianza existente entre Frank y Sapieha. El arzobispo había ya hecho cancelar todo rastro del desaparecido Wojtyla entre los desertores del trabajo en las canteras Solvay, corrompiendo, ya desde 1942, a los dirigentes Kulakowsky y Fohl. De hecho, entre los jerarcas nazis había un cierto sentido de inferioridad ante la nobleza, aunque fuera eslava...Así entendí rápidamente que Wojtyla se nos había escapado; me sorprendió, pero sólo hasta cierto punto, muchos años después, cuando fue elegido Papa; una vez más confirmé mi juicio sobre el Vaticano". En la foto, Wojtyla, joven sacerdote.

El postulador de la causa de beatificación, el polaco Slawomir Oder, afirma en su libro "Perché è santo" (Rizzoli, 2010) que la acusación está "completamente infundada". Interpelada sobre la cuestión, la Comisión para la historia contemporánea con sede en Bonn, responde por medio del doctor Karl-Joseph Hummel que "desde 2003 existe una edición en microfilm con toda la documentación documentable y los informes de la policía estatal secreta, de la oficina principal SD de las SS y de la oficina principal de la Seguridad del Reich desde 1933 a 1945: esta edición no tiene el documento buscado, el nombre de Wojtyla no aparece en el detallado volumen de apertura, ni siquiera como voz de índice". 

Ciertamente, aunque haya sido rechazada por el postulador, la revelación es sorprendente y, por los motivos que sean, sale precisamente cuando los dos interesados están muertos. No es de extrañar que las presiones al respecto hayan sido inmensas. En determinados asuntos, las prisas no son buenas: demasiado rápido, demasiado "súbito". Por lo demás, al postulador le puede pasar lo que a la vieja Escolástica: "Lo bueno es que responde siempre, lo malo es que no se lo pregunta todo".

Otros datos

En su biografía sobre Juan Pablo II (Martinez Roca, 1995, 122-134), el periodista Tad Szulc aporta datos interesantes que están relacionados con el tema y pueden contrastarse con los anteriores. Por ejemplo:

* El Teatro Rapsódico, en el que actuaba el joven Wojtyla, se vinculó con la organización clandestina "Unia", "el brazo cultural del movimiento de resistencia militar". Esta organización "recibía apoyo activo del arzobispo Sapieha, que tenía que ver con todas las operaciones clandestinas", "con otros, Wojtyla ingresó en la Unia".

* Durante la primera semana de mayo de 1942, Wojtyla suspiró con alivio "al salir su amigo Julius Kydrynski de una prisión de Cracovia tras permanecer tres semanas encerrado", "Karol Wojtyla fue detenido en un céntrico café durante una redada de la Gestapo pese a que llevaba encima el Ausweiss, que le identificaba como trabajador en una industria vital. Al final, el carnet hizo que los alemanes le dejaran en libertad".

* En 1944, Karol pasó las vacaciones de verano, en el mes de julio, en una parroquia cerca de Cracovia: "Al volver a casa estalló el gran levantamiento de Varsovia, el 1 de agosto de 1944. El 6 de agosto, llamado Domingo Negro, el mando alemán, temeroso de una sublevación en Cracovia, llevó a cabo una gigantesca redada en toda la ciudad". 

* La redada nazi alcanzó la calle Tyniecka, donde vivía Wojtyla con los Kotlarczyk, el director del Teatro Rapsódico y su mujer. La señora Kotlarczyk da esta versión de lo sucedido: "Los alemanes irrumpieron en nuestra casa, que tenía dos pisos. Tuvimos que abrir las habitaciones de arriba...No sé cómo sucedió, pero no entraron en nuestros alojamientos del sótano. Karol siguió arrodillado y rezando, mi marido permaneció sentado ante la mesa, sin moverse". 

* "La redada convenció al arzobispo Sapieha de que sus seminaristas secretos se encontrarían más seguros en su residencia", "el arzobispo decidió que los seminaristas - eran siete en total- se alojaran en su palacio hasta que terminara la guerra. Les ordenó que se pusiera una sotana para que tuvieran aspecto de clérigos. Fue la primera vez que Wojtyla vistió atuendo de sacerdote". 

* Al instalarse en el palacio, Wojtyla dejó de acudir a la planta Solvay, donde trabajaba: "Los nazis empezaron a buscarle, primero con cartas urgentes dirigidas a la calle Tyniecka, luego mediante visitas de la policía". El arzobispo Sapieha pidió al director general de la Solvay que borrase el nombre de Wojtyla de la nómina de trabajadores. Era ilegal, pero el director general hizo lo que le pedían y comentó: "Saltaría al fuego, si el arzobispo me lo pidiese". 

* El 11 de noviembre de 1944 Sapieha celebró la ceremonia de tonsura, por la que Karol se convertía en clérigo. El 18 de enero, las tropas soviéticas entraron en la ciudad. El 1 de noviembre de 1946 el arzobispo ordenó sacerdote a Karol Wojtyla en su capilla privada.

Espectros nazis

En su libro, Marco Dolcetta aborda "los espectros del Cuarto Reich", "las tramas ocultas del nazismo desde 1945 hasta hoy". El periodista italiano alude a los temidos "Lobos Grises", los submarinos alemanes que en la Segunda Guerra Mundial sembraron el terror en el Océano Atlántico y en el Mar del Norte. Sus tripulantes llevaban un traje de cuero gris. A su cabeza estaba el almirante Karl Dönitz, a quien Hitler (antes de desaparecer, o de huir) nombró sucesor suyo en la guía del Tercer Reich.

Puede ser una simple coincidencia, pero llama la atención. Mehmet Ali Agca, el agresor del papa Wojtyla en la plaza de San Pedro el 13 de mayo de 1981, es miembro de los "Lobos Grises". Los Lobos Grises, que aúllan literalmente, son una organización paramilitar de extrema derecha, neofascista, ligada al Partido Nacionalista Turco, fundado por Alparsan Turkes en 1961. 

Dolcetta aborda también la "vía de los conventos", que son "regular centro de tránsito de criminales nazis": "Gracias a la complicidad de curas católicos, los fugitivos pueden alcanzar Génova, desde donde zarpar hacia el continente americano, y Bari, desde donde tomar rumbo hacia Turquía y los países del Medio Oriente". De una forma especial, el arzobispo de Génova, el conservador Giuseppe Siri, mediante su organización "Auxilium", "vigila los embarcos clandestinos de nazis que se dirigen al otro lado del Océano".

Muchos terminan en campos de concentración. En uno de ellos, el de Bad Aibling, dirigido por el ejército de los Estados Unidos, se encuentra el joven Joseph Ratzinger, que, en mayo de 1945, es hecho prisionero por haber pertenecido a las Juventudes Hitlerianas. Recluido con otras 50.000 personas, recobra su libertad en junio.

El periodista italiano habla también del "imperialismo" de Georges W. Bush. Hay quienes comparan la agresividad de sus decisiones en el tablero internacional con la del Tercer Reich. "Estudiosos como Noam Chomsky y Naomi Wolf trazan explícitamente paralelismos entre la América de Bush y los fascismos europeos: no sólo por la política exterior sino por las medidas especiales de seguridad, la censura, el uso de la propaganda". Cuando Hitler invadió Polonia se justificó "la legalidad de la guerra preventiva con las exigencias de la seguridad nacional alemana". 

 

 

Jesús López Sáez