En el principio era la palabra
 

El Papa recompensó ayer el apoyo incondicional que le ha prestado el Opus Dei en los largos años de su Pontificado, elevando a los altares a su fundador, Josemaría Escrivá de Balaguer, en una triunfal ceremonia que concluyó con un paseo entre la multitud a bordo del papamóvil en el que estuvo acompañado -cosa inusual- por el prelado de la Obra, Javier Echevarría. Más de 300.000 personas presenciaron la canonización, la mayor multitud reunida en un acto de este tipo. El fundador del Opus Dei recibió también el homenaje de la jerarquía católica, con la presencia de más de 450 obispos y cardenales, y de la clase política, representada por 14 delegaciones. Las más numerosas, la italiana, que sentó en primera fila a siete ministros, y la española.