Nuestro mundo es evangelizado en la medida en que se vuelven a dar entre nosotros las señales que liberan, las señales esperadas: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia a los pobres la Buena Nueva. Para que esto se cumpla, necesitamos que Él vaya delante, abriéndonos camino.
VEN, SEÑOR, JESÚS.
VEN, SEÑOR, JESÚS.
VEN, SEÑOR, JESÚS.
EL MUNDO ESPERA
NUEVO CIELO, NUEVO SOL,
NUEVO HORIZONTE,
Y UNA NUEVA MAÑANA.
VEN, SEÑOR, JESÚS.
VEN, SEÑOR, JESÚS.
VEN, SEÑOR, JESÚS.
VERÁN LOS CIEGOS
Y LOS COJOS ANDARÁN
Y LOS LEPROSOS
REGRESARAN SIN MANCHA.
VEN, SEÑOR, JESÚS.
VEN, SEÑOR, JESÚS.
VEN, SEÑOR, JESÚS.
OIRÁN LOS SORDOS
Y LOS MUERTOS VIVIRÁN
Y DE LOS POBRES
SERA LA BUENA NUEVA.
VEN, SEÑOR, JESÚS.
VEN, SEÑOR, JESÚS.
VEN, SEÑOR, JESÚS.