En el pueblo de Israel rey, sacerdote y profeta son, durante largo tiempo, como los tres ejes de la sociedad. Bastante diversos, son frecuentemente antagónicos aunque, también, necesarios los unos a los otros. Mientras existe un estado, los profetas iluminan a los reyes: así Natán, Elías, Eliseo, sobre todos Isaías y, por momentos, Jeremías. Les incumbe decir si la acción emprendida es la que quiere Dios, si se encuadra exactamente dentro de la historia de la salvación.
Sin embargo, el profetismo en sentido estricto no es una institución como la realeza o el sacerdocio. Israel puede procurarse un rey (Dt.17,14-15), pero no un profeta: este es puro don de Dios, objeto de promesas (Dt.18,14-19), pero otorgado libremente. Esto se percibe bien en el período en que se interrumpe el profetismo (1M.9,27;Sal
.74,9). Israel vive entonces en la espera del profeta prometido (1M.4,46;14-41). En estas circunstancias se comprende la acogida entusiasta dispensada por los judíos a la predicación de Juan Bautista: "el pueblo estaba a la espera"(Lc.3,15).
En aquel tiempo, la profecía no era corriente; había sido sustituida por las escrituras y la cadena de tradiciones interpretativas. Y en nuestro tiempo ¿qué pasa?. El Concilio (LG.35) ha recordado que la Iglesia tiene en el presente una misión profética y que, por tanto, cualquiera de sus miembros puede participar de ella. En nuestro tiempo se necesitan voces capaces de proclamar como Pedro y los apóstoles: "Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hch.5,29). O como Pablo: "¡Ay de mí, si no anuncio el Evangelio!. Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso sería mi paga. Pero si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio".(1Co.9,16-17).
BENDIGO A AQUEL QUE CAMBIA
EL RUMBO DE LA VIDA
Y SURGE EN MI HORIZONTE
COMO APARECE EL SOL.
LLAMADO DESDE EL SENO,
PUES NO FUE COSA MÍA,
DE CRISTO SOY APÓSTOL
POR VOLUNTAD DE DIOS.
LLAMADO DESDE EL SENO,
PUES NO FUE COSA MÍA,
DE CRISTO SOY APÓSTOL
POR VOLUNTAD DE DIOS.
YO NO AMBICIONO PUESTOS,
PODER, DINERO, FAMA,
MAS BIEN SE ME SEÑALA
EL ÚLTIMO LUGAR.
PREFIERO EN EL DESIERTO
SER SOLO VOZ QUE CLAMA,
CON FUERZA, COMO LLAMA
QUE NO PUEDO APAGAR.
PREFIERO EN EL DESIERTO
SER SOLO VOZ QUE CLAMA,
CON FUERZA, COMO LLAMA
QUE NO PUEDO APAGAR.
Y CUANDO LLEGUE EL DÍA
DEL ÚLTIMO VIAJE
Y ESTE AL PARTIR LA NAVE
QUE PRONTO VOLVERÁ,
ME ENCONTRAREIS A BORDO,
LIGERO DE EQUIPAJE,
CASI DESNUDO, COMO
LOS HIJOS DE LA MAR.
ME ENCONTRAREIS A BORDO,
LIGERO DE EQUIPAJE,
CASI DESNUDO, COMO
LOS HIJOS DE LA MAR.