El Papa Francisco se encuentra con un grupo de personas que sufrieron abusos sexuales por parte del clero. Les dice: “Desde hace tiempo siento en el corazón el profundo dolor, sufrimiento, tanto tiempo oculto, tanto tiempo disimulado con una complicidad que no, no tiene explicación”, “para todos nosotros tiene vigencia el consejo que Cristo da a los que dan escándalos: la piedra de molino y el mar” (Mt 18,6). Aunque pase por cañadas oscuras nada temo por tú vas conmigo (Sal 23). La llevaré al desierto y le hablaré al corazón (Os 2,16-22). El Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan (Sal 145). Curación de la hemorroísa (Mt 9, 18-26).