En el principio era la palabra
 
LA RUPTURA DE LA TREGUA
  1. Hace catorce meses, con la declaración de Estella/Lizarra y la tregua indefinida de ETA, nos preguntábamos: La tregua ¿es una trampa o una oportunidad para la paz? ¿Es posible la paz? ¿Se corre el riesgo de volver a la locura (Sal 85,9)? Además, una de las lecturas del domingo siguiente al anuncio de la tregua llamaba especialmente la atención. Era de la primera carta de San Pablo a Timoteo. Se pedía una oración "por todos los hombres, por los reyes y por todos los que están en el mando, para que podamos llevar una vida tranquila y en paz". Se indicaba también la forma de orar: "alzando las manos limpias de ira y de divisiones" (1 Tm 2,1-8). Ver la catequesis titulada Los caminos de la paz.
  2. El día 3 de diciembre se produce la ruptura de la tregua. Como era de esperar, las reacciones han sido diversas. Hay quienes dicen: "Que ETA deje de matar, y ya está". Por supuesto, está escrito: "No matarás" (Ex 20,13). Pero el problema no es meramente criminal y policial (cuarenta años de violencia lo atestiguan), sino también político. Y los obstáculos, que hay que remover en el camino de la paz, son enormes. Uno de ellos, la viga del propio nacionalismo (Lc 6,42), la que no se ve. Se convierte en locura, si el nacionalismo es absoluto. La locura de los nacionalismos absolutos consiste en poner por encima de todo, incluso del respeto a la vida humana, la propia nación. Veamos algunas reacciones que se han producido ante la ruptura de la tregua.
  3. "Quizás se podrían haber arañado algunos meses más. Quizás habría sido factible un acercamiento de los presos más firme. Pero si la causa de la tregua era el proyecto nacionalista de imponer la independencia a costa de la mitad de los vascos su fin era inevitable...ETA hizo en septiembre de 1998 lo que, tras los sucesos de Ermua y la caída de la mesa de HB y la de Egin, no podía dejar de hacer; a saber, jugar la carta de la política agotada la vía militar. Y regresa en noviembre de 1999 porque, después de agotar la vía política, no tiene ya alternativa...Las esperanzas que Lizarra pudo levantar en una vía real insurreccional flanqueada por el PNV y EA se desvanecieron ya en las elecciones autonómicas y más aún en las municipales. Con poco más (o menos) de un 50% de nacionalistas, muchos de los cuales rechazan toda aventura independentista, el camino de Lizarra es un capricho de niño mal criado" (E.Lamo de Espinosa).
  4. "La sospecha se confirmó: la tregua de ETA era una coartada. La organización terrorista nunca había decidido abandonar las armas. Dos convocatorias electorales demostraron que, por la vía democrática, ETA no iba a conseguir la imposición de su modelo nacional a los vascos. Y la organización terrorista sacó sus conclusiones: su fuerza como poder fáctico la da las armas. Catorce meses de tregua habían cambiado el clima social en el País Vasco. Cada día que pasaba parecía más difícil el regreso al pasado. La frustración habrá sido enorme. El frágil edificio del llamado proceso de paz se había construido sobre unos cimientos que resultaban ser falsos: la ilusión de que ETA había iniciado el proceso de delegar políticamente en EH con la perspectiva de dejar las armas a medio plazo...El señuelo del fin de la violencia no ha producido el efecto de arrastre hacia los partidos nacionalistas que ETA esperaba. Los vascos han seguido votando más o menos como siempre...Tanto desde el discurso del nacionalismo como desde el discurso de la equidistancia se insiste en la oportunidad perdida por un Gobierno que, dicen, podía haber hecho más...El ministro del Interior ha corrido una intensa vuelta a la galaxia mediática para explicar el acierto de su tesis de la tregua trampa, aparentemente validada por los hechos" (J.Ramoneda).
  5. "Lejos de abandonar las armas, la banda terrorista tiene la insolencia de justificar su vuelta al crimen con el argumento de que PNV y EA habrían incumplido los compromisos asumidos por los dos partidos nacionalistas en unos acuerdos secretos preparatorios de la tregua y del Pacto de Estella...Los firmantes del Pacto de Estella, que hace catorce meses fingieron aceptar como modelo el acuerdo irlandés del Viernes Santo, descargan ahora las principales culpas de la quiebra del alto el fuego sobre el Gobierno conservador de España, el Gobierno socialista de Francia y los medios de comunicación, culpables de imprecisos pecados por acción u omisión contra el llamado proceso de paz...Estella no fue un campo de aterrizaje para que ETA abandonase las armas, sino una campa de reunión para el encuentro de todos los nacionalistas vascos; su único propósito era conseguir que los nacionalistas pacíficos hiciesen suyo el programa maximalista de territorialidad y soberanismo de los violentos a cambio de que estos suspendieran temporalmente su actividad criminal. Pero la ruptura del alto el fuego ha mostrado que la estrategia de chantaje aceptada por el PNV y EA sólo ha conducido a la humillación del nacionalismo democrático, tomado como rehén por ETA" (J. Pradera).
  6. "El alto el fuego de ETA fue la condición impuesta para el Acuerdo de Lizarra, por lo que la reanudación de los atentados traería su muerte, aunque no la resurrección del Pacto de Ajuria Enea. Pero la idea de que Lizarra es un activo político que podría o debería sobrevivir en medio de atentados no la albergan sólo HB y sus grupos satélites. Lo cual remite a los sobreentendidos que dieron origen a la tregua y que se han revelado al final como nefastos malentendidos...Por eso, aun en el caso de que pueda evitarse que ETA vuelva a matar, se impondrá una revisión a fondo de los compromisos implícitos de Lizarra. Ni la sociedad vasca ni algunos de sus firmantes pueden soportar que la paz dependa de que una organización armada se sienta o no satisfecha con los pasos que se dan en la dirección impuesta" (E.Alfaro).
  7. El ministro del Interior, Jaime Mayor, considera que no hay que tener la sensación de que "se ha perdido una oportunidad histórica para la paz, sino que en todo caso se ha neutralizado una ofensiva escondida, pero real, que es la más importante que ha protagonizado el nacionalismo vasco desde que nació". Estimó asimismo que hubiera sido peor un escenario en el que el mundo del nacionalismo hubiese arrollado en las elecciones autonómicas y locales en el País Vasco, porque "estaríamos probablemente ante una ETA envalentonada". Si se produce un nuevo atentado de ETA, señaló que tendría el sentimiento de asistir a una tragedia de una familia o de la pérdida de una persona, pero "con la conciencia enormemente tranquila, porque ETA no ha dado una oportunidad para la paz".
  8. Los miembros del pacto de Lizarra, del que se ha separado IU por la ruptura de la tregua, dicen en un comunicado: "Mirando hacia atrás, advertimos de que hay cosas que debieron hacerse mejor. Este proceso requiere un complejo acoplamiento entre el logro de la paz y la necesaria solución dialogada del conflicto político. Queremos transmitir con total convicción a esta sociedad la confianza de que en un sistema democrático esto es posible. Tampoco hemos encontrado los apoyos necesarios. Al contrario, el Gobierno francés y el Gobierno español del PP se han empeñado en aplazar decisiones necesarias para facilitar el proceso y conducirlo a una fase de resolución. El partido socialista, por su parte, ha optado por acompañar acríticamente la táctica de dejar pasar el tiempo del Partido Popular y del Gobierno. Esta estrategia obstruccionista ha contado con la colaboración de algunos medios de comunicación. Hemos constatado a lo largo de estos catorce meses transcurridos la negativa de estos agentes a abordar la solución del conflicto desde el diálogo y la negociación, así como una estrategia de agresión deliberadamente dirigida a sabotear el proceso".
  9. Los obispos vascos han manifestado en un comunicado: "Tememos que vuelva a ser realidad entre nosotros el sufrimiento de nuevas víctimas de las acciones de ETA, y tememos también la frustración que puede experimentar una sociedad a la que se le priva de su derecho a ser dueña de su propio destino, por la manifestación eficaz de su voluntad, en un clima de libertad no amenazada por una violencia que secuestra y mata. A pesar de ello, queremos hacer un llamamiento a todos a no caer en el desaliento y a no perder la esperanza. Todavía estamos a tiempo para reconducir los acontecimientos futuros por el camino de la justicia y de la libertad. La conquista de la paz ha de ser tarea de toda la sociedad. Hemos de mirar con esperanza hacia el futuro, a la vez que hemos de analizar con serenidad y con sinceridad los obstáculos que han podido impedir el logro de ulteriores metas de pacificación. A los representantes, en todos los niveles, de la sociedad que los ha escogido, les pedimos que tengan el valor de enfrentarse con perseverancia en la noble tarea de hacer la paz. A ETA le queremos pedir, con la firmeza y la seguridad que nos da el hablar en nombre de Dios y de la justicia, y recogiendo la voluntad absolutamente mayoritaria de la sociedad, que se replantee la decisión tomada y anuncie definitivamente el cese de la violencia; que no pretenda asumir la representación de un pueblo que no se la ha concedido, que respete la voluntad de éste, tanto en relación con los objetivos políticos como en relación con los caminos de paz que quiere utilizar para alcanzarlos". Por su parte, están dispuestos a hacer cuanto esté en su mano "para facilitar de nuevo la búsqueda conjunta de una salida justa a la incomunicación y a las desconfianzas que dificultan cualquier intento de mutuo entendimiento".
  10. Los días 4 y 5 de diciembre (domingo 2º de adviento), también el 6 (día de la Constitución), se leía en todas las iglesias el salmo 85, que es una oración por la justicia y la paz y que dice: "Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos con tal de que a su locura no retornen". El texto litúrgico, que (sin necesidad alguna) omite la referencia a la locura, parecía hacer lo mismo que los obispos españoles en su último documento en el que dirigen una "mirada de fe al siglo XX": eluden toda crítica del papel desempeñado por la Iglesia en la guerra civil española, y después. Pues bien, el salmo 85 se leyó también cuando fue asesinado Miguel Angel Blanco. Ver la catequesis titulada Nacionalismos absolutos y vías pacíficas. A todos nos corresponde escuchar qué se nos quiere decir, así como plantearnos qué podemos hacer por la justicia y la paz.