En el principio era la palabra
 

EVANGELIO DE MARCOS Etapas de su redacción El profesor catalán Josep Rius-Camps (1933) presenta en el libro sobre el evangelio de Marcos (2008) tres etapas en su redacción: “redacción jerosolimitana, refundición a partir de Chipre, redacción final en Roma o Alejandría”. En la primera redacción usa un pronombre para designar a Jesús, no utiliza su nombre. En la segunda hay un desdoblamiento de las secuencias de la primera y utiliza el nombre de Jesús. En la tercera, Jesús desarrolla en presencia de los discípulos un tema abordado anteriormente. Ahora bien ¿qué supone todo esto?, ¿en qué contexto se sitúa? Contexto. El año 44 el rey Herodes Agripa hace morir por la espada a Santiago, el hermano de Juan, y detiene a Pedro. Liberado de la cárcel, “aparece en casa de María, la madre de Juan, por sobrenombre Marcos”. Pedro “salió y se marchó a otro lugar” (Hch 12,1-17). ¿Adonde? A su campo de acción: el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia (1 P 1,1). Bernabé y Pablo anuncian la palabra de Dios en Chipre. Con ellos va Marcos, que se separa de...

Read more

¿DÓNDE ESTÁ EMANUELA? La respuesta de Caín El que fue secretario del papa Ratzinger, Georg Gänswein, lo dice en su libro Nada más que la verdad (2023): “Nunca he recopilado nada en relación con el caso Orlandi”, “este misterioso expediente no ha sido dado a conocer únicamente porque no existe” (Gänswein, 159). Sin embargo, afirma Pietro Orlandi: “El dossier sobre Emanuela fue visto sobre la mesa de don Georg”, “me lo dijo el mayordomo del Papa, Paolo Gabriele, que era amigo mío” (La7, 20-4-1923). Lo ha reconocido el fiscal vaticano Alessandro Diddi, que ha abierto el caso de Emanuela: “He podido leer y analizar los papeles”, “son tantos, tantísimos”, “hemos recuperado papeles viejos, viejísimos, llenos de polvo” (Corriere della Sera, 10-4-2023). Entonces, ¿hay o no hay un dossier sobre el caso Orlandi?, ¿qué pasó con los papeles secretos de Benedicto?, ¿qué pasó con el dossier sobre Emanuela que estaba guardado en una caja fuerte de la Prefectura de Asuntos Económicos? En el fondo, ¿dónde está Emanuela? 

Read more

INFORME SECRETO  Decisiones de Juan Pablo I En mayo del 89, la llamada "persona de Roma" envió a Camilo Bassotto (en la foto), periodista veneciano y amigo de Juan Pablo I, una carta con unos apuntes. En realidad, era un informe secreto. Este informe recoge decisiones importantes y arriesgadas, que Juan Pablo I había tomado. Se lo había comunicado al cardenal Villot, Secretario de Estado. Pero también se lo comunicó a la persona de Roma. Fue una medida prudente. De este modo nos hemos enterado. Juan Pablo I había decidido destituir al presidente del IOR (Instituto para Obras de Religión, el banco vaticano), reformar íntegramente el IOR, hacer frente a la masonería (cubierta o descubierta) y a la mafia. Es decir, había decidido  terminar con los negocios vaticanos, echar a los mercaderes del templo.  El informe debía ser publicado, pero sin firma. El autor del mismo no podía hacerlo, pues, así decía, "el puesto que ocupo no me lo permite, al menos por ahora". Camilo lo publicó en su libro "Il mio cuore è ancora a Venezia" (1990).  

Read more
Lecturas del dia
Otros enlaces
Fundación Betesda
Fundación Betesda
Juan Pablo I
Juan Pablo I
Libros
Canciones

EVANGELIO DE MARCOS

Etapas de su redacción

  1. El profesor catalán Josep Rius-Camps (1933) presenta en el libro sobre el evangelio de Marcos (2008) tres etapas en su redacción: “redacción jerosolimitana, refundición a partir de Chipre, redacción final en Roma o Alejandría”. En la primera redacción usa un pronombre para designar a Jesús, no utiliza su nombre. En la segunda hay un desdoblamiento de las secuencias de la primera y utiliza el nombre de Jesús. En la tercera, Jesús desarrolla en presencia de los discípulos un tema abordado anteriormente. Ahora bien ¿qué supone todo esto?, ¿en qué contexto se sitúa?
  2. Contexto. El año 44 el rey Herodes Agripa hace morir por la espada a Santiago, el hermano de Juan, y detiene a Pedro. Liberado de la cárcel, “aparece en casa de María, la madre de Juan, por sobrenombre Marcos”. Pedro “salió y se marchó a otro lugar” (Hch 12,1-17). ¿Adonde? A su campo de acción: el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia (1 P 1,1). Bernabé y Pablo anuncian la palabra de Dios en Chipre. Con ellos va Marcos, que se separa de ellos en Perge de Panfilia y vuelve a Jerusalén (Hch 13,13). Hacia el año 48, Pablo y Bernabé suben a Jerusalén para tratar el asunto de los gentiles (15,1-20). Unos días después, para visitar a las comunidades recientemente fundadas, Bernabé quiere llevar a Marcos. Pablo piensa que no. Entonces Bernabé toma consigo a Marcos y embarca rumbo a Chipre. Pablo elige como compañero a Silas (15,36-42). Hacia el año 57, Pablo escribe la carta a los colosenses. Marcos está con él: “Os saluda Marcos, el primo de Bernabé” (Col 4,10-11). En la carta a Filemón, Marcos y Lucas envían saludos (Flm 24). Desde Roma, donde Lucas le acompaña, Pablo escribe a Timoteo: “Toma a Marcos y tráele contigo, pues me es muy útil para el ministerio” (2 Tm 4,11). Lucas es “oriundo de Antioquía”, “compañero de Pablo” (Eusebio, HE, III 4,6). Según Clemente, al trasladarse Marcos de Roma a Alejandría, se lleva consigo su primer libro y lo amplía con ciertos “dichos” que él consideraba útiles.
  3. Repercusiones enormes. Rius-Camps llega a sus sorprendentes conclusiones, investigando el Códice Beza, “un manuscrito de finales del siglo IV con un texto especialmente fiel al texto griego del siglo II”. Este códice presenta “variantes”, es “independiente y más antiguo que el Códice Vaticano, que ha servido de base a las ediciones críticas del Nuevo Testamento”. Esto tiene unas “repercusiones enormes”. Las ediciones críticas del Nuevo Testamento “presentan un texto híbrido, formado sobre la base del Códice Vaticano”, “pero el texto resultante es una creación moderna que, como tal, no ha existido nunca”. Junto con otros autores (O’Callaghan, Thiede, Boismard), Rius-Camps pone en cuestión “las teorías convencionalmente admitidas”, ”los convencionalismos académicos”. No es de extrañar que haya encontrado fuertes resistencias: “las inercias y las aceptaciones cómodas son muy potentes”. Lo dice en el prólogo el profesor de Deusto Rafael Aguirre. En efecto, la mayor parte de los comentaristas sostiene que el evangelio de Marcos se escribió “en torno al año 70”, el evangelio de Mateo “poco después del año 80” y el evangelio de Lucas “en los años 80” (Aguirre-Carmona, 166, 267 y 352).
  4. Un relato real. Muchos lo hicieron y, como se puede entender, no esperaron al año 70. Lo dice Lucas: “Muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han verificado entre nosotros”, “yo también, después de comprobarlo todo exactamente desde el principio, he decidido escribírtelos por su orden, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido” (Lc 1,3-4). Dos mil años después, cualquier detalle real sobre el origen de los evangelios importa. Importa mucho: estamos volviendo a las fuentes.
  5. Un tesoro oculto. El Códice Beza fue encontrado en el cenobio de San Ireneo de Lyon por unos emisarios del calvinista francés Teodoro de Beza (1519-1605). Previendo que las notables diferencias entre ese códice y otros códices antiguos podrían ofender a algunos, lo regaló a la Universidad de Cambridge para que lo conservaran en su Biblioteca, sin publicarlo. El Códice Beza presenta la versión griega y la correspondiente traducción latina, anterior a la Vulgata de San Jerónimo: “En las sucesivas copias de que fue objeto por parte de escribas latinos, la columna griega se habría mantenido prácticamente incontaminada por la sencilla razón de que en las Galias no entendían el griego; no así la versión latina, que presenta ya numerosas armonizaciones con el texto alejandrino. El ejemplar griego que sirvió de base para la elaboración de dicho códice bilingüe se puede hacer remontar fácilmente al primer tercio del siglo II, momento en que las iglesias de Asia y Frigia deciden evangelizar las Galias” (p.5). Potino (hacia 87-177) ordenó que se hiciera una copia del ejemplar griego en su iglesia de Esmirna y, a la cabeza del grupo misionero de las iglesias de Asia y Frigia, se lo llevó consigo a Occidente. Fue el primer obispo de Lyon. Murió mártir. Le sucedió Ireneo (Eusebio, HE V 1,29; 5,8).
  6. Un texto más cercano al original. Dice Rius-Camps: El Códice Beza “de finales del siglo IV, contiene con respecto al evangelio de Marcos un texto muy próximo al texto conservado en las antiguas versiones latinas (finales del siglo II, principios del siglo III)”, “mi opción por el Códice Beza (…) está basada en la convicción de que este tipo de texto podría depararnos un texto más cercano al original que el texto alejandrino avalado por el Códice Vaticano” (p.4).
  7.  Extraña anomalía. Una vez divididas las secuencias por escenas, dice el autor, “pude comprobar que en buena parte de ellas no se mencionaba para nada el nombre de Jesús y que en otras aparecía su nombre una, dos o más veces”, “después de realizar una serie de prospecciones, me di cuenta de que este fenómeno obedecía a ciertas constantes y que, por tanto, exigía explicar esta anomalía. Lo que en principio podría parecer algo anodino cobró nueva fuerza al comprobar que en determinadas secuencias que se presentan por duplicado (p. ej., dos llamadas de discípulos, dos tempestades, dos comparticiones de panes, dos ciegos, dos sordomudos, etc) se mencionaba en una de ellas el nombre de Jesús y en la otra sólo el pronombre. ¿Podría esto tener relación con el hecho de que Marcos hubiese compuesto su evangelio -como quien dice- por entregas?” (p.6). En las fotos, texto de la primera redacción y texto de la segunda.
  8. Cuatro secuencias no canónicas. El autor presenta “cuatro secuencias que no figuran en el evangelio canónico”. Tres de ellas (secuencias 60, 61 y 63) pertenecen al llamado “Evangelio Secreto de Marcos”, considerado por algunos como una falsificación, pero que, según el autor, pertenecen a la segunda redacción del Evangelio de Marcos. La cuarta secuencia (sec. 70) está ubicada actualmente en el evangelio de Juan, la mujer adúltera (Jn 7, 53-8,11), que “figuraba en un principio tanto en el evangelio de Marcos original como en la obra de Lucas cuyo primer volumen tomó como base dicho evangelio” (p. 10).
  9. Secuencias del Evangelio Secreto. El año 1958, Morton Smith, profesor de la Universidad de Columbia, encontró durante una visita al monasterio de San Sabas, cerca de Belén, una carta de Clemente de Alejandría (finales del siglo II) dirigida a un tal Teodoro, en respuesta a las cuestiones que éste le había planteado sobre una copia que circulaba en Alejandría del Evangelio Secreto de Marcos en posesión de los seguidores de Carpócrates (+ 138 d.C.), una secta que mezclaba cristianismo y platonismo: “En su respuesta, Clemente distingue entre las partes que son completamente falsas y otras que contienen fragmentos auténticos, aunque estos habrían sido adulterados con añadidos tendenciosos. Como prueba del modo de proceder de los falsarios, le adjunta un par de citas del Evangelio Secreto que él poseía y del cual cierto presbítero de la iglesia de Alejandría habría hecho fraudulentamente una copia y se la habría pasado a Carpócrates”. Clemente transcribe “dos pasajes que él considera auténticos, eliminando de ellos dos palabras añadidas por los falsarios”. Según Clemente, “se diferencian claramente dos extractos, perfectamente ubicables” (pp.11-12).
  10. El joven resucitado. El primer extracto está situado después de la secuencia 59, cuyo encabezamiento reza, según todos los códices: “Estaban en el camino subiendo a Jerusalén”, y que concluye así: “y a los tres días resucitará” (Mc 10, 32-34). En su seno se deslindan fácilmente dos secuencias: “Llegan entonces a Betania. Había allí una mujer cuyo hermano había muerto. Se acercó, se postró ante Jesús y le dice: ¡Hijo de David, ten compasión de mí! Pero los discípulos la conjuraron. Habiéndose airado Jesús, se marchó en compañía de ella al jardín donde se encontraba el sepulcro. Al punto resonó desde el sepulcro una voz poderosa. Se acercó Jesús e hizo rodar la losa de la puerta del sepulcro. Entró directamente adonde se encontraba el joven, extendió la mano y lo resucitó cogiéndole de la mano. El joven mirándole fijamente le mostró afecto. Entonces empezó a suplicarle que lo admitiese en su compañía. Al salir del sepulcro fueron a la casa del joven. Es que era rico” (secuencia 60), “al cabo de seis días Jesús le dio una orden. Al caer la tarde viene el joven junto a él envuelto en una sábana sobre su desnudez. Y permaneció con él aquella noche. En efecto, le iba enseñando Jesús el misterio del reino de Dios” (secuencia 61). Tras la frase “permaneció con él aquella noche”, los seguidores de Carpócrates añadían la palabra “desnudo”. El desnudo total correspondería a un rito de iniciación propio de la secta (pp. 12-13 y 83-84).
  11. El joven misterioso. En el evangelio canónico el joven aparece: en el prendimiento de Jesús y en el sepulcro. Según el Códice Beza el joven “los iba siguiendo”, en referencia a los que acababan de detener a Jesús, mientras que, según el texto alejandrino, “quería seguir con él”. El sentido de la frase cambia completamente. La descripción es común a ambos tipos de texto: “iba envuelto en una sábana sobre su desnudez”. Los que habían apresado a Jesús “lo detienen” también a él, “pero él, habiendo soltado la sábana, desnudo, huyó de ellos”. En la escena del sepulcro reaparece ese joven (secuencia 98). Las mujeres que habían ido al sepulcro para embalsamar el cadáver de Jesús (Mc 16,1-2), quedaron sorprendidas al ver que la losa había sido retirada; al entrar “vieron a un joven sentado a la derecha (de Dios, sic!) envuelto en una vestidura blanca”, “indicio de que pertenece a la esfera divina. En el diálogo con las mujeres el ángel se dirige a ellas con el pronombre masculino y pasa insensiblemente de la tercera persona del singular a la primera, hablando como si fuera Jesús en persona: ¿Buscáis a Jesús, el crucificado? Ha resucitado, no está aquí. Mirad allí su lugar donde le pusieron. Al contrario, id y decid a sus discípulos y en particular a Pedro: Mirad, os precedo a Galilea, allí me veréis, tal como os tengo dicho” (pp. 193-195).
  12. El grupo de mujeres. El segundo extracto vendría después del actual encabezamiento de la secuencia 64, la del ciego de Jericó (Mc 10,46-52), pero en realidad encabezaba la tercera secuencia recuperada a partir del Evangelio Secreto, la secuencia 63: “Llega él a Jericó. Estaban allí la hermana del joven a quien amaba Jesús, su madre y Salomé. Pero no las acogió Jesús”. Jesús no acoge a este grupo de mujeres, pues no han dado muestras de querer “seguirlo” en el camino de subida a Jerusalén, pues se habían quedado plantadas allí. Marcos revela más adelante los nombres de las dos primeras: “Había también unas mujeres que miraban desde lejos, entre ellas María Magdalena, María la madre de Santiago el Menor y de José, y Salomé” (Mc 15,40). María, la madre de Santiago el Menor y de José, es la madre de Jesús (6,33; 3,31; Jn 19,25). Comenta Rius-Camps: “En el evangelio canónico se dice simplemente de Jesús: “Llega él a Jericó” (Mc 10,46). Pero no se dice qué hizo allí”. El Evangelio Secreto de Marcos llena ese vacío: “No las acogió Jesús”, “no las acogió en su séquito porque estaban allí, en Jericó, plantadas, pues se habían negado a emprender con él la inminente subida a Jerusalén”, “después que Jesús, a su vez, las dejase plantadas en Jericó y no les diera acogida, cambiaron de idea y subieron por su cuenta a Jerusalén. En la escena del Gólgota están ya presentes, pero se mantienen a distancia” (pp. 196-197).
  13. La destrucción del templo. En la segunda redacción, Marcos recoge el anuncio de Jesús sobre la destrucción del templo: “Mientras él se alejaba del templo, le dice uno de sus discípulos: Maestro, ¡mira qué piedras y qué edificios los del templo! En respuesta les dijo Jesús: Mirad esos grandes edificios. Os aseguro que no será dejada piedra sobre piedra que no sea derribada, pero al cabo de tres días otro se levantará sin mano de hombre” (secuencia 76), “hay algunos aquí presentes entre los que me acompañan que no probarán la muerte hasta que no hayan visto que el reino de Dios ha llegado ya con fuerza” (secuencia 48).
  14. El hijo del hombre. En la tercera redacción se añaden estos “dichos” de Jesús: “Entonces verán al hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo con gran potencia y gloria”, “no pasará esta generación hasta que todo esto haya sucedido. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no van a pasar. En cambio, en lo referente al día aquél y a la hora, nadie sabe nada, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, solamente el Padre. Estad, pues, alerta” (secuencia 77), “veréis al Hijo del hombre sentado a la derecha de la Potencia, acompañado de las nubes del cielo” (secuencia 89). En el año 70, cuarenta años después, se cumple la palabra de Jesús: “No quedará piedra sobre piedra” (pp. 208-209). Se comprende perfectamente lo que dice Clemente: al trasladarse Marcos de Roma a Alejandría, amplía su primer libro con ciertos “dichos” que él consideraba útiles.