Octubre 2018 |
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Catequesis sobre Pedro y Pablo, los dos testigos, en Saliente a las 20:30 horas.
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Sacaréis agua con gozo de las fuentes de la salvación (Is 12).
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Pedro y Pablo, los dos testigos.
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Los Padres Sinodales y cientos de jóvenes “peregrinaron hasta la tumba de San Pedro”, el recorrido que hicieron fue “desde el Monte Mario hasta la Basílica Vaticana”, informa Aciprensa. Hay que revisar la tradición. “La existencia de dos lugares (Vaticano, catacumbas de San Sebastián) en los que se pensaba tener la tumba de Pedro demostraría que, a partir del siglo III, la iglesia de Roma no sabía ya a ciencia cierta donde estaba realmente sepultado Pedro” (H. Jedin, Manual de historia de la Iglesia, Herder, Barcelona, 1980, 191). Todo indica que tanto Pedro como Pablo tuvieron una muerte degradante, sin sepultura. Ver catequesis Pedro y Pablo, los dos testigos.
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El Señor ha salvado a su pueblo, al resto de Israel. Una gran multitud retorna (Jr 31,7-9). Cuando el Señor tomó en sus manos nuestro destino, nos parecía soñar (Sal 126). Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy. Tú eres sacerdote para siempre según el rito de Melquisedec (Hb 5,1-6). El ciego de Jericó (Mc 10,46-52).
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La higuera estéril (Lc 13,1-9).
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Documento final del Sínodo sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional. Ha sido aprobado por 166 padres sinodales de 249 presentes, 268 con derecho a votar.
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Sed buenos comprensivos, perdonándoos unos a otros. De inmoralidad, indecencia o afán de dinero, ni hablar (Ef 4,32-5,8). Los dos caminos (Sal 1).
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La sumisión de la mujer no pertenece al proyecto de Dios (Ef 5,21-33). Bendición familiar (Sal 128). Encuentro con el grupo de Ávila. Pedro y Pablo, los dos testigos.
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Macabro hallazgo. Hallan huesos humanos en una dependencia de la Nunciatura italiana en Roma (Vía Po, 27). El Vaticano ha comunicado el hecho a la Fiscalía de Roma. Los primeros resultados de los análisis apuntan ya a que se trataría de los cadáveres de dos mujeres. Se piensa en Emanuela Orlandi y en Mirella Gregori, desaparecidas en 1983. En el Anuario Pontificio de 1998, monseñor Piero Vergari, que fue investigado en el caso de Emanuela, figura como Secretario del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica y capellán de su Santidad (16-12-77). Vergari, que fue rector de la basílica de San Apollinare, hizo las gestiones oportunas para que el capo de la Banda de la Magliana Enrico de Pedis fuera enterrado en la basílica (El día de la cuenta, 250-251). Ver artículo de Daniel Verdú en El País
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