En el principio era la palabra
 

Un cuento hasídico:
Un pobre campesino que regresaba del
mercado a altas horas de la noche
descubrió de pronto que no llevaba consigo
su libro de oraciones. Se hallaba en medio
de¡ bosque y se le había salido una rueda
de su carreta, y el pobre hombre estaba
muy afligido pensando que aquel día no iba
a poder recitar sus oraciones.
Entonces se le ocurrió orar del
siguiente modo: «He cometido una
verdadera estupidez, Señor: he salido de
casa esta mañana sin mi libro de oraciones,
y tengo tan poca memoria que no soy capaz
de recitar sin él una sola oración. De
manera que voy a hacer una cosa: voy a
recitar cinco veces el alfabeto muy
despacio, y tú, que conoces todas las
oraciones, puedes juntar las letras y
formar esas oraciones que yo soy incapaz
de recordar».
Y el Señor dijo a sus ángeles: -De todas
la oraciones que he escuchado hoy, ésta ha
sido, sin duda alguna, la mejor, porque ha
brotado de un corazón sencillo y sincero».


A. de Mello. Oración de la rana
Martín. Escuchad al Señor. Isaías 51