En el principio era la palabra
 


EJECUCION DE BIN LADEN
¿Qué viene después?
 


preso2 de mayo de 2011. Un comando de EE UU asalta en Pakistán la casa de Bin Laden y le mata de un tiro en la cabeza y otro en el pecho. Su cadáver es lanzado al mar. El terrorista no estaba armado al ser abatido. De momento, EE UU no publica las fotos del cadáver. Cuatro hombres muertos por heridas de bala son hallados en la casa. La popularidad del presidente Obama sube tras dar la noticia. En las revueltas árabes, la figura de Bin Laden pasó desapercibida. La ejecución le mitifica.
La CIA siguió el rastro de Abu Ahmad, mensajero de confianza del terrorista. Presos de Guantánamo delataron su nombre. Se cuestiona cómo se obtuvo esa información, es decir, si hubo tortura. El director de la CIA, Leon Panetta, afirma al respecto: "Las técnicas de interrogación coercitivas fueron empleadas contra algunos de estos detenidos. No sabemos si podríamos haber obtenido la misma información a través de otros métodos". En la foto, preso de Guantánamo.
Conviene recordarlo. El no ser sometido a torturas ni a tratos crueles, inhumanos o degradantes es un derecho humano común: "Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes" (DDH 5).
Veamos algunas reacciones. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, respalda la operación militar de EE UU: "Es muy probable que el destino de Bin Laden sea un destino buscado por él mismo, después de su sanguinaria trayectoria". Y matiza: "A todos los demócratas, sin duda alguna, nos hubiera gustado que él, como todo terrorista, hubiera respondido ante la justicia".
El presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, destaca que con la muerte de Bin Laden "se ha dado un paso importante" en la lucha contra el terrorismo, aunque la batalla "no es fácil y será larga".
El diputado de IU, Gaspar Llamazares, considera la ejecución de Bin Laden como "un asesinato extrajudicial al margen de la legalidad internacional", "el fin no justifica los medios y el terrorismo de Estado no es una forma legítima de lucha contra el terrorismo".
La noticia se recibe con euforia en Occidente, pero también se desata la alarma mundial. La espiral de la violencia está ahí: el 11-S, las guerras de Afganistán y de Irak, el 11-M, la ejecución de Bin Laden, ¿qué viene después?, ¿seguirá la bárbara venganza?, ¿se presumirá de ello? Y así, ¿cuántas veces?, ¿siete? , ¿setenta y siete" (Gn 4,24).
En este contexto, la ley del Talión sería un progreso (Ex 21,24). Para quien quiera seguirlo, el Evangelio va más allá, se aparta del "ojo por ojo" (Mt 5,38). La palabra de Jesús, "el que a espada mata, a espada muere" (Mt 26,52), es (lamentablemente) una ley histórica, no una justificación.
La vida humana es sagrada: "No matarás" (Dt 5, 17). El Concilio Vaticano II denuncia "cuanto atenta contra la vida", "cuanto viola la integridad de la persona humana, como, por ejemplo, las mutilaciones, las torturas morales o físicas", "todas estas prácticas y otras parecidas son en sí mismas infamantes, degradan la civilización humana, deshonran más a sus autores que a sus víctimas y son totalmente contrarias al honor debido al Creador" (GS 27).

 

Jesús López Sáez