En el principio era la palabra
 

EL PAPA QUE MATARON

La trama oculta

 

Habiendo publicado recientemente Albino Luciani. Caso abierto (2018), no pensaba publicar otro libro sobre Juan Pablo I. Sin embargo, ha habido dos novedades importantes, una oficial y otra mafiosa, que me han llevado a escribir de nuevo. En primer lugar, la publicación en Italia de la biografía oficial del proceso de beatificación, Albino Luciani. Giovanni Paolo I. La biografía presenta diversos aspectos que hay que comentar y diversas omisiones que hay que señalar. Además, presenta un dato ocultado durante cuarenta años: la denegación de la autopsia al cadáver del Papa, solicitada por el doctor que tenía que hacer el diagnóstico. En segundo lugar, la publicación en Estados Unidos del libro del gánster Anthony S. Luciano Raimondi When the Bullet hits the Bone, Cuando la bala golpea el hueso. Raimondi, que fue integrante de la mafia de los Colombo, confiesa en su libro haber participado en el asesinato de Juan Pablo I. Anuncia también una segunda parte que aún no ha aparecido.

La biografía oficial del papa Luciani fue publicada en junio de 2018 en Belluno: “Es fruto de un largo y meticuloso trabajo de investigación, dirigido por la doctora Stefanía Falasca, vice-postuladora de la causa de canonización”, dice en la Introducción el cardenal Beniamino Stella, postulador de la causa. La biografía recoge íntegramente el volumen IV del proceso que trata de “la vida, virtudes y fama de santidad” del papa Juan  Pablo  I y “presenta de modo científico el entero trazado biográfico”, dice el cardenal1.

La obra tiene doce capítulos. Los ocho primeros corresponden a los años de Belluno y Vittorio Véneto, han sido escritos por Davide Fiocco, doctor en teología. Los dos capítulos siguientes corresponden al periodo de Venecia y han sido escritos por Mauro Velati, doctor en Historia religiosa. Los dos últimos capítulos corresponden al pontificado y a la muerte, han sido escritos por Fiocco y por Falasca. La biografía, que sale con 400 ejemplares numerados, está destinada “a los estudiosos de la memoria del papa Luciani”2. Evidentemente, son muchas las cosas que dice, algunas no se sabían3, otras se sabían y no se recogen. En febrero de 2019 terminé un estudio crítico sobre la biografía oficial, Biografía del papa Luciani, y se lo envié al cardenal Stella. En el estudio abordé diversos aspectos, prestando especial atención a lo que no se dice en la biografía oficial, indicando omisiones que me parecen significativas. De una forma especial, señalé los apuros del Dr. Renato Buzzonetti a la hora de hacer el diagnóstico y el certificado de muerte del papa Luciani. Eso sí, se agradece que la biografía oficial recoja las condiciones anómalas por las que pasó el doctor: se le negó la posibilidad de hacer la autopsia al cadáver del Papa. Sin embargo, sorprende que no haga la más mínima crítica al respecto, incluso que lo presente de forma confusa.

Con fecha 18 de marzo de 2019, el cardenal Beniamino Stella, postulador de la causa de Juan Pablo I, me agradeció el envío: “Muchas gracias por el valioso tiempo y considerable dedicación empleados en el estudio de la biografía oficial del Venerable Siervo de Dios, el Papa Juan Pablo I”, “con viva gratitud recibo el fascículo adjunto a su deferente misiva, al cual daré una atenta consideración”.

Llevando muchos años investigando sobre la extraña muerte de Juan Pablo I y habiendo tenido por ello algunos problemas eclesiales, recibí con gran sorpresa la publicación del libro del gánster Anthony Raimondi. Obviamente, la noticia dio la vuelta al mundo. En la prensa americana, The New York Post, escribe el periodista Brad Hamilton: “El gánster de los Colombo Anthony Raimondi afirma que él estuvo presente en 1978 cuando compañeros conspiradores mataron al Papa John Paul I con cianuro, porque el pontífice amenazaba revelar un fraude financiero realizado en el Banco Vaticano”, “él ayudó a matar al papa, para que sus amigos pudieran evitar el infierno”, “esta es la impactante declaración del gánster de los Colombo Anthony Raimondi, que dice que, en 1978, él fue a Italia con un grupo de sus hombres que liquidaron a Juan Pablo I. Ellos presuntamente le envenenaron con cianuro a los 33 días de pontificado, según el nuevo libro de Raimondi”.

Dice también el periodista Hamilton: “Raimondi, sobrino del legendario padrino Lucky Luciano, afirma que él fue reclutado para el asesinato a la edad de 28 años por su primo el cardenal Paul Marcinkus, que dirigía el Banco Vaticano. El trabajo de Raimondi fue aprender los hábitos del papa y estar a mano para observar cómo Marcinkus noqueaba a Juan Pablo I poniendo Valium en su nocturna taza de té”, “yo estaba en el vestíbulo del alojamiento papal cuando el té fue servido”, escribe él añadiendo que la pastilla hizo su efecto tan bien que su víctima no hubiera podido moverse “incluso si hubiera habido un terremoto”, “yo había hecho muchas cosas en mi tiempo, pero no quise estar allí en la habitación cuando ellos mataban al papa. Sabía que eso me sacaba un billete de ida al infierno”. Raimondi afirma que “él permaneció fuera de la habitación, mientras su primo preparaba la dosis de cianuro”, “él lo midió en el gotero, puso el gotero en la boca del papa y apretó”, “cuando hizo esto, él cerró la puerta detrás de él y se marchó”45.

Según Raimondi, el motivo por el que atentaron contra el pontífice tuvo que ver con un fraude multimillonario en el que Marcinkus estaba implicado como director del Banco Vaticano. Por medio del Banco Vaticano se habían vendido certificados falsos de acciones de grandes compañías estadounidenses como IBM, Sunoco o Coca-Cola a compradores ingenuos por valor de USD 1.000 millones. Cuando Juan Pablo I asumió su cargo, prometió destapar este caso de corrupción expulsando a todos los implicados que habría sido “la mitad de los cardenales y obispos del Vaticano”, dijo Raimondi6.

El vaticanista Francesco Antonio Grana escribe en Il Fatto Quotidiano: “El Papa Luciani envenenado con cianuro por Marcinkus, el relato del sobrino del boss Lucky Luciano en un libro de memorias”, “han pasado 41 años de la muerte del Papa Luciani. Sin embargo, no se ha puesto aún la palabra final a ese largo y oscuro misterio, alimentado por continuas revelaciones. La última, seguramente a valorar con todas las debidas precauciones del caso”, “el hombre revela que el arzobispo, su primo, lo hizo ir a Roma para eliminar al pontífice. Una versión rechazada totalmente por el Vaticano”7.

Por su parte, el periodista César Cervera escribe en el diario ABC un artículo en el que dice: “La misteriosa muerte del Papa Juan Pablo I: ¿fue envenenado por un sobrino del mafioso Lucky Luciano?”. A los interrogantes abiertos sobre una muerte que marcó 1978, el año de los tres papas, pretende responder con su libro un gánster llamado Anthony Raimondi, quien dice que “en 1978, fue a Italia con un equipo de sicarios a envenenar al Santo Padre con cianuro”8.

En la amplia entrevista que le hace Jordan Harbinger, Raimondi se queja de lo que escribe el periodista Brad Hamilton: “El tipo de The Post escribió un artículo extenso, pero puso que yo fui a cargarme al papa”, “lo cambió, ya sabes a qué me refiero, lo cambió para decir que fui allí con un escuadrón para matar al papa. No, yo no fui allí con un escuadrón para matar al papa”, “todos entendieron el quid de la cuestión. Ahora la gente me mira como si hubiera matado al maldito papa”.

Raimondi nació en Brooklyn el 12 de octubre de 1953, es hijo de Frank y de Mary: “Mis padres y mis abuelos emigraron a Estados Unidos desde Sicilia cuando mi mamá y mi papá eran jóvenes, y mis abuelos mantuvieron algunas tradiciones vivas de la familia”. Es sobrino del mafioso Lucky Luciano: “Mi tío, Lucky Luciano”, dice. Además, es primo del cardenal Raimondi: “Mi primo Luigi Raimondi fue prefecto de la Sagrada Congregación para las Causas de los Santos hasta su muerte el 24 de Junio de 1975”, a los 62 años. También es familiar del arzobispo Marcinkus: “Él fue uno de los primos de mi abuela paterna, y fue el jefe del Banco Vaticano”9.

En la dedicatoria del libro leemos: “Este libro está dedicado a mi madre y a mi padre, Mary y Frank Raimondi”, “Para mi madre –no dejé el camino que querías que dejara, pero ahora estoy intentando hacerlo mejor”, “Y una dedicatoria muy especial para mi primo Hugh McIntosh y para Meyer Lansky, los hombres que me enseñaron a ser un verdadero gánster y qué es un verdadero gánster”. El libro termina con estas palabras: “Arrepentimiento y tristeza”10.

El autor, que ahora lucha contra el cáncer y vive en Brooklyn, dice que decidió dejar esa vida y contar su historia porque “ya no necesito esto”, “todos los viejos fueron a prisión o murieron o fueron a protección de testigos”11.

He hablado de dos novedades importantes, pero no son las únicas. Por ejemplo, el caso Moreno Luciani, sobrino del cardenal, desaparecido “trágica y misteriosamente” el viernes 2 de mayo de 1975. Es la primera vez que se aborda este tremendo enigma relacionado con el misterio del Papa desaparecido. Con fecha 22-8-2018 me escribe el director de la Librería del Santo (Padua), que había estado el día anterior en Canale d’Agordo visitando el museo del Papa Luciani y pudo hablar con su director, Loris Serafini, que fue “miembro y presidente de la Comisión Histórica de la fase diocesana del Proceso de Canonización del papa Juan Pablo I”. Sobre el caso Moreno Luciani, Loris dio al director de la editorial este dato significativo. Se dice que Albino Luciani había confiado a un pariente suyo una frase de este tipo: “Me la han querido hacer pagar”.

Es una novedad también el hecho, ocultado durante cuarenta años, que es presentado como la pastilla del mayordomo. El periodista italiano Antonio Preziosi recoge en su libro Indimenticabile el testimonio del mayordomo Angelo Gugel, según el cual Luciani “en la cena había comido poquísimo y él mismo le llevó una pastilla antes de que se acostara”12. Sorprende que el mayordomo le diera una pastilla, cuando le correspondía hacerlo a sor Vincenza, que era enfermera. Sorprende también que este mayordomo sustituyera a primeros de septiembre a los hermanos Gusso, que fueron despedidos por el secretario irlandés del Papa, John Magee, “amigo de Marcinkus”, el presidente del Banco Vaticano.

Ya hemos indicado otro hecho ocultado durante cuarenta años: la denegación de la autopsia al doctor que había de hacer el diagnóstico. Según escribe el Dr. Renato Buzzonetti (9-10-1978) “en forma del todo reservada”, dando cuenta al Sustituto de la Secretaría de Estado Giuseppe Caprio, “antes de escribir el diagnóstico de muerte, al que escribe le fue autoritariamente excluida la práctica posibilidad de pedir la autopsia por parte del abogado Trocchi”. El abogado Vittorio Trocchi era el Secretario General del Governatorato del Vaticano13. En esas condiciones (anómalas) el doctor formuló el certificado de muerte que habla de “muerte imprevista de infarto agudo de miocardio” y que se dio a conocer diez años después.

En el título que lleva esta obra, salgo al encuentro de lo que mucha gente dice cuando se habla del papa Juan Pablo I: “Ah, sí, el papa que mataron”. No pongo el nombre del papa, pongo la foto del cadáver. En el subtítulo, La trama oculta, se plantea la cuestión de si, además de la mano asesina, hubo cómplices, colaboradores necesarios, conscientes o no de su papel.

Abordamos diversos aspectos de la extraña muerte de Juan Pablo I, confrontando los nuevos datos con los que tenemos por otras fuentes: algunos antecedentes, cuestiones forenses, el hallazgo del cadáver, lo que el Papa tenía en la mano, el embalsamamiento, el testimonio sobre la autopsia, el testimonio del Dr. Da Ros (médico personal del Papa), el supuesto dolor en el pecho, el coágulo en el ojo, los datos de la fuente veneciana (omitidos por la biografía oficial), un diagnóstico sin fundamento (con autoritaria denegación de la autopsia), la pastilla del mayordomo, la distorsión de imagen del Papa desaparecido, la figura enigmática de Marcinkus, la lista de papas asesinados, la entrevista enviada al gánster con el silencio por respuesta y unas conclusiones: ¿Es de recibo la posición oficial?, ¿lo es la confesión del gánster?, ¿quién fue el autor intelectual del asesinato del papa Luciani?, ¿quién fue el autor material?, ¿hubo encubrimiento oficial?, ¿hubo trama oculta?

Jesús López Sáez

Octubre 2021

 

1 S. FALASCA-D. FIOCCO-M. VELATI, Albino Luciani. Giovanni Paolo I. Biografia “ex documentis”. Dagli atti del processo canonico, Tipi Edizioni, Belluno, 2018, 7.

2 Íbidem, 9.

3 Giovanni Luciani se había casado por primera vez con Rosa Angela Fiocco (1877-1906), de la que tuvo un hijo y dos hijas. Rosa murió de tuberculosis con sólo 29 años. Dice el papa Luciani: “Mi madre, que trabajaba en el asilo de los santos Juan y Pablo, me contaba cosas bellísimas de aquella ciudad. Mis padres se conocieron en Venecia” (C. BASSOTTO, Il mio cuore è ancora a Venezia, Tip. Adriatica, Musile di Piave / Venezia, 1990, 164). Bortola es católica practicante. Giovanni es socialista. Del matrimonio nacen Albino, Federico (1915-1916), Eduardo y Antonia. Bortola acoge a las niñas Amalia y Pía (Biografía, 30-36).

4 The New York Post, 19-10-2019.

5 Puede verse también la entrevista “Confessions of a Mafia Hitman with Anthony S. Luciano Raimondi” en The Jordan Harbinger Show, Ep. 425.

6 Íbidem.

7 Il Fatto Quotidiano, 21-10-2019.

8 ABC, 4-11-2019.

9 RAIMONDI, A., When the Bullet hits the Bone, Page Publishing, New York, 2019, 8 y 85.

10 Íbidem, 208.

11 The New York Post, 19-10-2019.

12 PREZIOSI, A., Indimenticabile, Rai Libri-Cantagalli, Roma-Siena, 2019, 34.

13 Biografía, 829, 845. FALASCA, 130, 197.