En el principio era la palabra
 
Jesús López Sáez, 1972

teilhard

Cuando, en la que vino a ser la última página de su diario, Teilhard confesaba que el último enemigo del hombre era la muerte, ni siquiera podía sospechar que este postrer jinete apocalíptico había de segar tres días después, a galope ciego a imprevisto, el tallo otoñal de su propia existencia. Era el 10 de abril de 1955, Pascua de Resurrección. Tampoco había podido anunciar sino en puro deseo un día mejor para morir, ni una fecha más dotada de significado: el último enemigo del hombre será puesto a los pies del Resucitado, de ese Jesús ensalzado a la derecha del poder de Dios, después de haber sido condenado y muerto por los hombres dirigentes del pueblo elegido.

Teilhard de Chardin

INDICE:

1.- GENIO Y FIGURA

2.- DE TEJAS ABAJO

3.- LA LUZ DE LA REVELACIÓN