La dictadura argentina lo presentó como un accidente automovilístico. Francisco envía las pruebas de la denuncia que pudo costarle la vida a Angelelli. Quedó escrito en El día de la cuenta: “El clero había quedado también callado cuando el obispo Enrique Angelelli, mal visto por el régimen, murió en un accidente que, según muchos, fue provocado” (p. 390).